Òpera

Lo que Plácido Domingo contó al llegar a Barcelona

11-10-2016

Plácido Domingo. Foto: Premsa Liceu

Por Xavier Llisà

A partir del sábado 23, el “baritenor” Plácido Domingo, uno de los mitos vivientes de la ópera, interpretará el papel de Simon Boccanegra en la primera de las tres funciones que tiene programadas en el Gran Teatre del Liceu durante los próximos días.
Las estadísticas de su carrera, que él contabiliza con bastante precisión, son enormes: 3.821 funciones (750 de ellas, en la MET de Nueva York), 200 funciones como director y 146 papeles interpretados. Además, dirige el importante concurso Operalia, y tiene grupos operísticos en Washington, Los Ángeles y Valencia. 

En esta impactante trayectoria, Barcelona ha tenido un papel clave, ya que Domingo residió en la ciudad de forma fija durante 8 años, entre 1972 y 1980. Este año, celebra el 50 aniversario de su debut en el Liceu y, por esta razón, esta semana, horas después de más aterrizar en Barcelona procedente de Nueva York, dio una rueda de prensa, acompañado de Christina Scheppelmann, la directora artística del Teatre. Este es el resumen de sus declaraciones más jugosas.

  • “Marsella fue mi debut europeo con Madame Buttefly, pero el debut en España fue en el Liceu en 1966”: Así empezó Plácido Domingo su trayectoria en el teatro barcelonés, en el que empezó cantando tres óperas mexicanas (La Mulata de Córdoba, Carlota y Severino). Poco después, por razones familiares, se instaló en la ciudad: “Mis hijos eran pequeños, quería vivir en España y además en Barcelona estaba una hermana de mi mujer”.

  • “Los repartos que tenía el Liceu eran difíciles de encontrar en otras ciudades”: Es el recuerdo del tenor de sus años en Barcelona, en los que, profesionalmente, coincidió con importantes cantantes que también residían aquí como Montserrat Caballé, Jaume Aragall, Vicenç Sardinero, Pedro Lavirgen y, algo más tarde, Joan Pons y Josep Carreras.
  • “Me hubiera gustado estar más tiempo en Barcelona”: Domingo residió en la ciudad durante ocho años, pero “por diversas circunstancias” se tuvo que ir. Explicó cómo, entre los 70 y los 80, “cada vez había más teatros de ópera en el mundo” y llegó a tener tantos contratos en EEUU que decidió establecerse allí. Sin embargo, ha ido volviendo regularmente (“he estado en las últimas tres temporadas”).
  • “¿Diferencias entre el Liceu de hoy y el de hace 50 años? Ahora aquí quieren venir a cantar todos los cantantes”: Considera que el público de Barcelona es “entendido y cariñoso”. Como grandes recuerdos del Teatre, señala una Manon Lescaut del año 1972; L´Africaine, con Montserrat Caballé, I Vespri Siciliani y una Fedora con Renata Scotto, que se representó el día en que Josep Carreras volvía de EEUU tras superar su leucemia. Carreras, que estaba entre el público, salió a saludar en el escenario.
  • “Nunca se ha roto el “tándem” con Montserrat Caballé; de hecho, ¿por qué no podría volver a cantar con ella?”: Según Domingo, la estrecha colaboración entre ambos se hizo imposible al dispararse la carrera de los dos a nivel internacional y resultar mucho más complicado coincidir con los repartos. “Es muy difícil coordinar carreras”, ratifica Cristina Scheppelmann
    Christina Scheppelmann y Plácido Domingo. Foto: Premsa Liceu

  • “El Liceu es el teatro de ópera con más tradición de España”: Domingo asegura que el posicionamiento del Liceu en el panorama operístico es “muy bueno” y que seguirá viniendo mientras pueda, aunque no quiso anunciar proyectos de futuro concretos.
  • “Evidentemente, algún día llegará la retirada”: Domingo recordó que ha pasado de cantar de tenor a barítono y que ha superado algunos problemas de salud, pero afirma sentirse todavía con facultades para cantar y, por tanto, “mientras esté bien y llene los teatros”, continuará cantando. Cuando no pueda, actuará como director.
  • “Mis próximos papeles: un Don Carlo, Luisa Miller y, para más adelante, algo de Donizetti, Roberto Devereux y Guillermo Tell”: Asegura que tiene firmados contratos para tres años, pero que siempre advierte de que, quizás, no llegue a cumplirlos. De todas maneras, afirma que, si los firma, es porque tiene intención de hacerlo.
  • “En la actualidad, hay un exceso de ensayos, y esto representa un gran coste y un cansancio, quizá innecesario para los artistas y el equipo”. De la misma opinión es Christina Scheppelmann. Ambos señalan que, con tres o cuatro semanas, sería suficiente, mientras que lo habitual, ahora, es entre cuatro y ocho.
  • “Es difícil hacer grandes cambios en la fachada del Liceu”: Afirma que desconoce el proyecto de obras en el edificio (que Christina Scheppelmann se ofreció a explicarle en detalle), pero cree que, teniendo en cuenta que otros teatros que tienen enfrente muchos metros sin edificar y aquí estará siempre la Rambla delante, muchos cambios son cosa imposible.
  • “¿Proyectos de óperas nuevas? Quizás algo sobre Ayrton Senna…”: Comentó que le acaban de presentar una posibilidad “interesante” basada en los últimos días del mítico corredor de Fórmula 1, Ayrton Senna, fallecido en accidente en una carrera del Campeonato del Mundo en Italia. Casualidad o no, en la rueda de prensa estaba Francesc Rosés, un periodista especializado, precisamente, en automovilismo. Por tanto, algo se cuece en algún sitio.
  • “No tengo la fórmula del elixir de la eterna juventud”: Decepción al final del acto ya que, a  pesar de la insistencia de una de las periodistas presentes, Plácido Domingo no nos quiso desvelar la fórmula del elixir de su eterna juventud y vitalidad. 

Por tanto, en el Liceu, deberemos conformarnos con algún “elisir d´amore”.


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