Cámara

Duo La Inégalité: “Queremos hacer con la música de cámara lo que James Rhodes está haciendo con el piano”

22-03-2017

Cristina Naranjo y Almudena González forman La Inégalité, un dúo de flauta y piano con una historia relativamente corta –la formación nació en 2015-, pero realmente intensa. En menos de dos años de trayectoria, ambas han madurado una propuesta artística diferente, que aspira a renovar la forma de presentar la música clásica al público. De hecho, estas jóvenes veinteañeras son un pozo sin fondo de nuevas ideas. Presentan un primer disco financiado por crowdfunding; apuestan por las colaboraciones con empresas, como la firma de moda Dolores Promesas o la marca de flautas Briccialdi, de la que Almudena es imagen; y buscan la comunicación con el público por todos los canales, desde las redes sociales hasta la conversación directa durante los conciertos.
 

Todo ello se basa en una propuesta musical muy sólida, que reivindica poder ir más allá del repertorio tradicional de flauta y piano y que asegura que los compositores contemporáneos también pueden seducir a los espectadores. El sábado 18  de marzo actúan en el Ateneu Barcelonès para presentar su primer disco, A new perspective.

Barcelona Clásica: ¿Cómo empezasteis con la música?
Cristina Naranjo: Mi madre es profesora de piano del Conservatorio de Las Palmas y quería que conociera la música y el instrumento. Empecé con seis años y cada vez me fui dedicando más. Participé en algunos concursos y, como vivía en Canarias, venía a la península en encuentros con otros músicos. En uno de ellos, conocí a Alexander Kandelaki y me fui a Badajoz a estudiar con él el Grado Superior de piano. Y después he estado estudiando en conservatorios de Londres y Alemania.
Almudena González: Yo soy de Málaga y mis primeros estudios de música fueron de flauta y violín, con 6 ó 7 años. Terminé bastante pronto el Grado Superior y me fui a estudiar al extranjero: Milán, Colonia, Londres…. Estuve estudiando en Colonia con Robert Winn, y en Londres con Wissam Boustany y Sue Thomas, flauta principal de la London Philharmonic. Pero me di cuenta de que, después de tanto tiempo fuera, no tenía casi ningún contacto en España, así que decidí venir a Barcelona para estudiar un máster en ESMUC con Vicens Prat, flauta principal de la Orquesta de París.

B.C. ¿Y cómo os conocisteis?
Cristina:
Fue bastante curioso. Coincidimos en una jam session de jazz por una amiga en común. Nos sentamos juntas… ¡y éramos las dos únicas de la sala que preferíamos la música clásica al jazz!
Almudena: En aquel momento yo tocaba en un dúo con el pianista Michel Wagemans, que falleció en 2015. Tuve entonces que buscar otro pianista y pensé en Cristina. Probamos… y desde el primer acorde sentimos que había una conexión muy especial.
Cristina: En el primer mes ya grabamos una demo y al cabo de poco tiempo hicimos nuestro primer concierto, en el MEAM, y participamos en nuestro primer concurso, en Las Palmas.

B.C. ¿Cómo os fue?
Cristina:
¡Ganamos el primer premio!

B.C. ¿Qué significa “La Inegalité”?
Almudena:
Cuando estaba en Londres, estudié trasverso barroco y hay un recurso para este instrumento que se llama “inegalité”. Significa no hacer iguales dos notas que en principio van juntas. Me pareció un nombre muy bonito.

B.C. Vuestro primer disco se llama “A new perspective”. ¿Por qué? ¿En qué se basa esa” nueva perspectiva” que proponéis?
Almudena:
Queremos hacer con la música de cámara lo que James Rhodes está haciendo con el piano. Entendemos que la música clásica tiene que ir más allá del academicismo. No queremos tocar algo simplemente porque alguien dijo una vez que se tenía que hacer así: preferimos ir a lo que realmente pone en la partitura.

B.C. ¿Por eso vuestro repertorio es diferente a los programas habituales de música de cámara?
Cristina:
Intentamos combinar obras para flauta y piano con otras que no sean para esta formación. En el disco, por ejemplo, hemos incluido la sonata de Franck para violín y piano, arreglada para flauta. Y nos gusta recorrer diferentes épocas y estilos, así que también grabamos una sonata de un compositor europeo moderno, como es Martinu, y una pieza de un compositor español actual, Salvador Brotons.
Almudena: La grabación de Brotons es la primera hecha con cuidado y calidad de esta obra. No es una pieza que se toque mucho, pero al público le encanta. Yo me la llevé a Londres cuando estudiaba. Cuando la presentamos en un concierto, suele ser la obra que más gusta a la gente.

B.C. ¿Qué otras cosas proponéis hacer de forma diferente?
Almudena:
Como también hace James Rhodes, en los conciertos hablamos mucho con el público y explicamos la vida de los músicos. La gente tiene que saber quién es Schubert y qué intenta decirnos con su música en un determinado momento. Y cuidamos mucho la cuestión de la imagen. Puede resultar sorprendente vernos salir a escena con tejanos, chaqueta de cuero y tatuajes, pero creo que la estética tiene que ser también diferente y más próxima a los jóvenes de hoy.
Cristina: Para los próximos conciertos vamos a empezar una colaboración con la marca Dolores Promesas. Trabajar con firmas de moda también es una forma de innovar en la música clásica.
Almudena: Buscamos formas de dar una nueva imagen de la música clásica a través de todas las formas posibles, incluidas las redes sociales.

B.C. ¿Y cómo reacciona el público ante esta nueva propuesta?
Almudena:
¡Con una sonrisa enorme! Cuando acaba el concierto, vienen a darnos la mano. Se rompe la frontera entre el espectador y el artista. En Londres, este tipo de formato es bastante habitual. Por ejemplo, existen los conciertos para el “lunch time”, de unos 40 minutos, para que las personas puedan aprovechar el descanso de la hora de la comida para desconectar y relajarse. ¡Vuelven a la oficina renovados! Me parece necesario importar esta fórmula. 

B.C. En la era de la música por Internet, YouTube y el streaming, ¿por qué es necesario grabar un disco?
Cristina:
Porque es una carta de presentación muy grande. Hay solicitudes de inscripción para festivales en las que es obligatorio adjuntar el disco. Y hemos apostado por un trabajo de una enorme calidad en todos los aspectos: en el sonido, en la imagen…

B.C. ¿Ha sido fácil conseguir los fondos por crowdfunding? ¿Tenías experiencia con este sistema de financiación?
Almudena:
Yo vi que esto lo había hecho una amiga para sacar su disco. Presentamos el proyecto a través del portal Lánzanos. La acogida fue excelente. Logramos todos los fondos que habíamos calculado inicialmente. Luego, el proceso de postproducción se alargó y se complicó y tuvimos que solicitar ayuda de nuevo. Y volvimos a conseguirlo.

B.C. ¿Dónde se puede encontrar el disco?
Cristina
: Ya está a la venta en la FNAC y en tiendas de música clásica, como La Quinta de Mahler y Casa Beethoven. También puede comprarse por Internet, a través de la página web de la discográfica, Orpheus; Amazon y iTunes. Y podrá escucharse en streaming por Spotify.

B.C. Además de presentar el disco, ¿cuáles son vuestros próximos proyectos?
Cristina:
Tenemos conciertos en Barcelona, Madrid, Málaga y Las Palmas. En Málaga también participaremos en una masterclass. Y, por supuesto, trabajamos en más repertorio: Piazzolla, Bach, Debussy…

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