Òpera

“Rigoletto”, la ópera de rojo

28-03-2017
 Foto: A. Bofill

Vuelve al Liceu una de las óperas mas habituales en la larga trayectoria del teatro: Rigoletto.

Nada más y nada menos que en 362 ocasiones se ha podido ver la obra en su escenario (la última, el 5 de enero de 2005). Tampoco debe extrañarnos, ya que nos encontramos con una de las 10 óperas mas apreciadas y representadas en todo el mundo a lo largo de la historia de la ópera.

Este año, podremos ver Rigoletto en 12 funciones, desde el 21 de marzo al 6 de abril, en una coproducción del Gran Teatre del Liceu y del Teatro Real de Madrid extremadamente llamativa, por diversos factores.
 

Uno de los principales protagonistas es, sin duda, el vestuario veneciano-renacentista de impactante color rojo, obra de la diseñadora Sandy Powell, tres veces ganadora del Oscar de Hollywood por Shakespere in love (John Madden), The Aviator (Martin Scorsese) y The Young Victoria (Jean Marc Vallée).  A ello se suma la complejidad técnica de la producción. Se han necesitado tres semanas de premontaje para perfeccionar el funcionamiento de una gran plataforma en movimiento y un sistema de elevadores y pistones hidráulicos que configuran un intrincado escenario con varias entradas y salidas, que supone un reto para los intérpretes del Cor del Liceu, .
 
Por otro lado, tanto el cast como la dirección musical y artística son un auténtico lujo. En el personaje del duque de Mantua debutan a nivel mundial los tenores Javier Camarena y Antonino Siragusa. Como Rigoletto, tenemos al malagueño Carlos Alvárez y a Angel Òdena (también debutante en este rol) y, como Gild,  las sopranos Désirée Rancatore y María José Moreno. Mención aparte merece el mítico Leo Nucci, que actuará un solo día como Rigoletto. En la dirección musical volvemos gia tener en Barcelona al prestioso maestro Ricardo Frizza y en la dirección escénica, a la holandesa Monique Wagemakers.
 
Rigoletto: la ópera que superó a Victor Hugo 
 
Foto: A. Bofill
Rigoletto es una ópera en tres actos de Giuseppe Verdi con libreto de Francesco Maria Piave, basado en el drama de Victor Hugo Le roi s´amuse (El rey se divierte) de 1832. Se inspira en el rey francés Francisco I, que apreciaba poco la virtud de las esposas e hijas de sus cortesanos. La obra tuvo serios problemas con la censura, pero el propio Verdi y su libretista de referencia se arriesgaron para sacarla adelante: obraron con astucia y situaron la acción en la corte de Mantua en el siglo XVI. Y, aunque el argumento siguió siendo el mismo, Francisco I fue transmutado a duque de Mantua.

Este personaje es un un hombre sin escrúpulos, libertino, lujurioso y juerguista, que va de mujer en mujer. Tanto le da una que otra: “Questa o quella“. Rigoletto, el bufón del rey, contrahecho y malvado, sirve sin dudarlo a sus intereses. Se ríe cuando los soldados apresan a uno de los cortesanos, el anciano conde de Monterone, a cuya hija ha deshonrado el duque. En ese momento, Monterone lanza la maldición (“La maledizione!!!“), un motivo que irá resurgiendo durante toda la trama hasta su momento final. Rigoletto tiene una hija secreta, la casta y pura Gilda, que también es mentirosa y algo desobediente. Después de años en un convento, el bufón la tiene guardada y vigilada como un tesoro en lo mas profundo de su casa. Los cortesanos, que detestan a Rigoletto, lo descubren, la raptan (“Ella me fu rapita”) y la entregan al duque, que ya la había enamorado a escondidas haciéndose pasar por el estudiante Gualtier Maldé. Una vez juntos en su palacio, la seduce. Desesperado, el malvado bufón se transforma y nos muestra su cara buena como padre bondadoso y de enorme humanidad. Monta un plan para asesinar al duque, pero el destino (es decir, “la maledizione” del viejo Monterone) no lo abandona.

Victor Hugo profesaba cierta inquina a Verdi porque se saltó los derechos de autor cambiando los nombres de los personajes. Por ejemplo, en el original en francés, Rigoletto se llamaba Triboulet. Por este motivo, se resistió varios años a ver la obra. Finalmente, cuando lo hizo, expresó su admiración ante la superioridad de la ópera sobre el teatro. Al ver y escuchar el famoso cuarteto que cantan al unísono Rigoletto, el Duque, Gilda y la prostituta Maddalena, manifestó que en el teatro jamás habría podido hacer hablar a cuatro personajes expresando a la vez cosas distintas y obtener ese maravilloso efecto de conjunto.
  
La leyenda de Rigoletto
 
 Foto: A. Bofill
Rigoletto se estrenó en el Teatro La Fenice de Venecia el 11 de marzo de 1851. En Barcelona, se pudo ver por primera vez en el Liceu el 3 de diciembre de 1853. Curiosamente, obtuvo una crítica no muy favorable que, posteriormente, el éxito de la obra se encargó de desmentir. Tanto es así que, en la temporada 1843/54, una época en la cual el número de representaciones iba en función del éxito o del fracaso del público, mereció su puesta en escena en 25 ocasiones.

Los personales centrales de esta ópera han sido interpretados en Barcelona por cantantes de leyenda. Como Rigoletto destacan los barítonos Manuel Ausensi, Matteo Manuguerra, Leo Nucci, Joan Pons y Carlos Álvarez. En el papel de Duque de Mantua, el Liceu ha visto a los tenores Angelo Masini (en una ocasión tuvo que cantar 6 veces “La donna è mobile”), Enrico Caruso (en su única actuación en el Liceu en 1904), Hipólito Lázaro, Tito Schipa, Giacomo Lauri-Volpi, Miguel Fleta, Giuseppe DiStefano, Alfredo Kraus (precisamente debutó con esta obra en 1958), Jaume Aragall, Carlo Bergonzi, Josep Carreras y Nicolai Gedda (fallecido recientemente). Y en el rol de Gilda, un papel para sopranos de agilidad y coloratura, figuran Elvira de Hidalgo, Mercé Capsir, Graziella Pareto,Toti dal Monte (que no pasó de la primera representación por la alta exigencia del público en este rol), Carmen Gracia ( 5 ediciones consecutivas de 1940 a 1946) y Gianna d´Angelo.
 
En fin, dispongámonos a ver Rigoletto y a escuchar “La donna è mobile“ en la ciudad de Barcelona, capital mundial del “Mobile“.

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