​Barcelona Clásica: ¿Cómo fueron tus inicios en la música? ¿Por qué el piano?
Andrea Catino: He tenido la suerte de vivir en una familia de artistas que siempre han amado la música y el arte. Mi padre, guitarrista y escultor, fue mi primer maestro, y mi madre, pintora y amante de la danza clásica, me transmitió el amor por la danza y las imágenes. De pequeño, mi pasatiempo favorito era escuchar la colección de discos de mi padre, que iba de los grandes intérpretes de la música clásica hasta los revolucionarios y progresista de los años 70. Yo me quedaba fascinado por la belleza de las vibraciones de los sonidos y sus capacidad de transmitir diferentes emociones. A los 7 años empecé a estudiar guitarra clásica con mi padre, pero no fue “amor a primera vista“. Después de un tiempo, empecé a tocar un piano antiguo que teníamos en casa. El piano se convirtió en mi juego favorito: presionaba las teclas del teclado sin conocerlas y me sorprendía oír el resultado. Empecé a reproducir la música que escuchaba a mi oído y pronto mis padres, viendo que aquello se estaba convirtiendo en una gran pasión, me apuntaron a una escuela de música.
 
B.C. ¿Ha habido algún hecho –algún profesor, algún concierto, alguna anécdota- que haya sido clave en tu trayectoria?
A.C. Cuando tenía 7 años, después de escuchar Para Elisa de Beethoven, se me ocurrió la idea de crear mi primera pieza… ¡y realicé mi primera composición! Años más tarde, mi profesor de piano notó y apreció mi creatividad y me propuso que participara en un concurso de composición musical. Me apunté y llegué a la final con dos composiciones, compitiendo con autores adultos. Otro episodio clave fue durante uno de mis conciertos que realicé en mi país nativo, en Italia, durante el verano; toqué algunas de mis compociciones y fue un éxito total. En el auditorio había un importante pianista y compositor italiano del Conservatorio de Milán, Leonardo Marzagalia, que escribió un magnifico artículo en el que me definía como un “joven talento”. Esto estimuló aún más mi entusiasmo y ambición y marcó mi trayectoria como pianista y compositor.
 
B.C. Actualmente, ¿te defines más como compositor o como intérprete?
A.C. Ya durante mis primeros estudios académicos sentía la necesidad de “exteriorizar” mi creatividad musical. Me considero un compositor. La música que compongo está en resonancia directa con mi alma. Suelo convertir mi vida diaria en sonidos, según las sensaciones que vivo y percibo durante el día.

B.C. ¿Cuáles son tus compositores favoritos?
A.C. Ennio Morricone, Hans Zimmer, John Williams, Michael Nyman, Joe Hisaishi y Ryūichi Sakamoto. Ellos representan para mí un lenguaje neorromántico que me pertenece, que es actual y emocionalmente directo, y que se convierte en un mundo paralelo que viaja a través de las imágenes y de los sentimientos.
 
B.C. Como experto de música para cine, ¿son las bandas sonoras la “música clásica” del siglo XXI?
A.C. La música para cine hoy juega un papel importante en la escena musical contemporánea. Es evidente que no podemos comparar la música clásica con una banda sonora, porque esta debe seguir criterios de simbiosis con la trama de la película o de las escenas en particular. Sin embargo, una banda sonora puede ser posteriormente adaptada a una película y, en este caso, nace como una expresión de música clásica contemporánea.
 
B.C. ¿Y cuál es tu banda sonora favorita?
A.C. Es difícil elegir una sola banda sonora. Hay varias que me gustan y cada una de ellas evoca un recuerdo o una temporada de mi vida. Una banda sonora muy significativa para mí es Los Piratas del Caribe , escrita por Hans Zimmer en colaboración con Klaus Badelt. La energía y la fuerza de esta banda sonora es abrumadora. Representa un viaje sonoro hacia lugares remotos y mágicos que capturan la mente y, al mismo tiempo, incita a luchar por conseguir metas sin rendirse nunca.
 
B.C..¿Qué es lo más importante que hay que tener en cuenta a la hora de componer música para el cine? ¿El argumento, las ideas del director…?
A.C. Una banda sonora debe ser capaz de suscitar en en el oyente las emociones y las sensaciones en línea con la película para que él se identifique con el personaje principal de la película lo máximo posible … Un buen compositor  debe saber traducir en música estas emociones.
 
B.C. ¿Cómo conociste el concurso Maria Canals y por qué decidiste colaborar con la maratón de piano?
A.C. Llegué a conocer el concurso de Maria Canals porque el año pasado, cuando me mudè de Italia a Barcelona, me informé sobre los eventos culturales y musicales más prestigiosos de Barcelona. Existía la posibilidad de participar en la competición mediante la convocatoria “Tu hi toques”. Por lo tanto, envié el video tocando una de mis piezas y gané el primer premio. Aprovecho para agradecer a la asociación Maria Canals por ser un importante embajador de la música en el mundo y me siento honrado de poder tomar parte en la maratón de piano, donde presentaré mi segundo CD, Il volo, y algunas composiciones de mi próximo CD, “My Dreams”, que estoy grabando aquí en Barcelona con la colaboración de una violonchelista, Mónica Marí.