“Desde hace 5 ó 6 años, las cosas están empezando a cambiar en el panorama de la música contemporánea en Barcelona”. Lo dice Demian Luna, compositor argentino muy vinculado a la capital catalana a lo largo de toda su trayectoria. Evidentemente, la distancia respecto a los grandes centros europeas en este ámbito, como París o Berlín, es todavía muy importante, pero, según explica este músico, hay señales positivas que presagian un resurgir en Barcelona de la música de nueva creación, algo ligado a la historia cultural de la ciudad, aunque, en las últimas décadas, había decaído notablemente.
En su opinión, esto se debe a la coincidencia de diversas formaciones e iniciativas centradas en impulsar la música de nueva creación: a saber, la aparición de formaciones como
Crossing Lines o
Barcelona Modern Project Ensemble, la programación de ciclos como las
Sampler Series del Auditori, el out.side de Luis Codera y el Festival Mixtur, o la organización, con el apoyo del Institut Français, del
Curso Internacional de Composición, una idea del propio Demian Luna que este año alcanza la cuarta edición.
Lo hace convertido en una iniciativa que ya atrae a músicos de todo el mundo, pues, a lo largo de los próximos meses, el curso formará a una quincena de jóvenes compositores procedentes de una decena de países diferentes, “escogidos tras un proceso de selección bastante duro”, según cuenta Demian Luna.
Los participantes en el curso se reunirán presencialmente en Barcelona tres veces al año. El objetivo es desarrollar un proyecto propio bajo la supervisión del compositor invitado (este año es el madrileño
José Manuel López) y en estrecho contacto con los músicos que se encargarán de su interpretación, los ensembles colaboradores con el curso Barcelona Modern Project Ensemble y Bcn216, y el pianista Ricardo Descalzo. “Esto es una oportunidad, porque los compositores casi nunca podemos trabajar en contacto con los intérpretes. Normalmente, la obra se envía cuando se acaba”, explica Luna.
La actividad del curso ha arrancado este noviembre, con el primer encuentro presencial de los participantes, y culminará en el mes de mayo, con el estreno de las obras en una serie de conciertos abiertos al público general.
Paralelamente, el proyecto ha incorporado nuevas iniciativas que han enriquecido el programa con nuevas actividades, más allá de la composición. Por un lado, el pianista
Ricardo Descalzo ofrecerá un workshop sobre piano experimental, dirigido a pianistas. Y, por otro, la organización del curso de composición ha impulsado la celebración del festival Barcelona Modern, íntegramente dedicado a la promoción de la música contemporánea y de nueva creación, con una docena de conciertos programados.
“El público responde a la música contemporánea: es una cuestión de formación”, opina Demian Luna. En cualquier caso, considera que el panorama, en apenas unos años, ha cambiado notablemente: “Antes no había dónde ir a escuchar música contemporánea; ahora, el panorama es mucho más alentador”.
