Critica

Los 3 compositores más programados del mes de agosto

30-08-2018

El espectáculo “Ópera y Flamenco“, que programa cada semana en el Palau de la Música Catalana Bellini, Bizet, Puccini, Saint-Saëns y Leoncavallo, ha sido decisivo para la estadística de este mes. Además, de Bizet, el Palau también ha programado Carmen. Aparte, hay que destacar que Claude Debussy también ha sido uno de los más escogidos, justamente en el concierto de piano de Alba Ventura el día 20 y el de Daniel Ligorio, así como Manuel de Falla, con su Amor brujo interpretado por Mayte Martín y la Orquesta Camera Musicae en el concierto extraordinario de BCN Clàssics el día 16 de agosto y el Franz Schubert de la pianista Noelia Rodiles del día 6 y el de Cosmos Quartet en CosmoCaixa el día 8. Un agosto made in diecinueve y principios del veinte.
 

1. Georges Bizet

 
Gracias a “Ópera y flamenco”, Bizet es un compositor muy programado, pero hay que destacar también las representaciones de Carmen en Palau de la Música Catalana. Alexandre-César-Léopold Bizet, conocido con el nombre de Georges (París, 1838-Bougival, 1875), fue un compositor francés, principalmente de óperas. Sus primeras composiciones, básicamente canciones y piezas para teclado escritas a modo de ejercicios, dan los primeros indicios de su poder emergente y sus dotes de melodista.
 
Tras su primera Sinfonía en do mayor, la producción puramente orquestal de Bizet fue escasa y sus obras para piano no han entrado en el repertorio del concertista de piano y son en general muy difíciles de ser interpretadas por principiantes. Una excepción es el Jeux d'enfants, escrito a cuatro manos en 1871 en doce movimientos. De hecho, Bizet orquestó cinco de estas piezas con el nombre de Petite Suite.
 
La temprana ópera en un acto Le Docteur Miracle ofrece los primeros signos claros de su compromiso con este género, con su música chispeante y muchos toques felices de parodia, orquestación y caracterización cómica. Hasta Carmen, pero, Bizet no fue esencialmente un innovador en el teatro musical. La mayoría de sus óperas están escritas siguiendo la tradición operística italiana y francesa establecida por compositores como Donizetti, Rossini, Berlioz, Gounod y Thomas.
 
Carmen llama la atención por la exitosa evocación de Bizet de la Andalucía española y la extraordinaria vitalidad rítmica y melódica de la música y su habilidad para obtener el máximo efecto dramático con los mínimos medios posibles. Esta obra representa el desarrollo final de Bizet como un maestro del drama musical y la culminación del género de la opéra-comique.
 
Ópera en cuatro actos y con libreto de Henri Mekihac y Ludovic Halévy, Carmen está basada en una novela de título homónimo de Prosper Mérimée. De la ópera destacan la “Habanera” y la “Canción del Toreador”, y cuenta la historia de la caída de Don José, un soldado naïve que queda seducido por la gitana Carmen. Con este amor, José abandona su tierno corazón ya que la chica se decanta por Escamillo, un matador, que será muerto en manos de los celos de José. Las desilusiones de la vida proletaria, la inmoralidad, la injusticia y la trágica muerte de la protagonista en escena la convirtieron en una obra controvertida.
 
De su carrera operística cabe destacar también Los pescadores de perlas, que se representará esta nueva temporada en el Gran Teatre del Liceu durante el mes de mayo de 2019 y cuenta con un montaje de la directora de escena Lotte de Beer que va del antigua Ceilán a un reality televisivo del siglo XXI. Tributo a la curiosidad que Bizet sentía por Oriente, la obra parte de un triángulo amoroso en un trasfondo religioso. La omnipresencia del corazón representará en puesta en escena un viaje que va desde la tolerancia a la violencia, siempre con un clima etéreo y singular de una delicada ya la vez exuberante partitura de Georges Bizet.
 

2. Vincenzo Bellini

 
Vincenzo Bellini (Catania, 1801-Puteaux, 1835) fue uno de los tres máximos representantes del bel canto de principios del XIX, junto con Gioachino Rossini y Gaetano Donizetti. Hijo del organista Rosario Di Vincenzo, pronto se reveló como un niño prodigio que, según la leyenda, a los dieciocho meses era capaz de cantar un aria de Valentino Fioravanti, empezó a estudiar teoría musical a los dos años de edad, piano a los tres y a los cinco ya era capaz de tocarlo con soltura y su primera composición data de los seis años.
 
Compuso música sacra (motetes, misas…), de cámara, un famoso concierto para oboe y sinfónica, pero es la ópera el género musical que le dio fama. Compuso para virtuosos del bel canto, expresión lírica que exige una gran precisión y agilidad vocal. Bellini intentó minimizar las diferencias clásicas entre las partes cantadas y recitadas (arias y recitativos) manteniendo, así, la tensión dramática.
 
Su obra más difundida es Norma, de la que destaca la conocidísima “Casta Diva”, donde se conjuran la gravedad clásica con un apasionamiento muy romántico en la expresión, siendo este uno de los roles de soprano más reputados. Durante el siglo XX destacó el papel de Maria Callas, que fue la Norma más famosa del siglo y que recuperó el carácter puramente belcantista del papel, escondido bajo los excesos veristas de generaciones y generaciones de cantantes.
 
Pero I Capuleti e i Montecchi, estrenada el 1827 en la Scala de Milán, es también bien conocida. Esta revisión de la historia de Romeo y Julieta se basa en mitos medievales y no en la versión de Shakespeare. En Bellini, la historia de amor entre los dos jóvenes queda subyugada al verdadero origen de todo: la rivalidad entre las célebres familias de Verona que, a través de la violencia y el rencor, acaban perdiendo los seres más queridos.
 

3. Camille Saint-Saëns

 
En el marco del espectáculo “Ópera y flamenco” que tiene lugar en el Palau de la Música Catalana y en otros lugares como la Iglesia del Pi, Camille Saint-Saëns ha hecho un hueco en la escena musical barcelonesa. Fue uno de los niños prodigio más dotados de todos los tiempos, poseía una entonación perfecta e inició las lecciones con su tía a los dos años, y casi inmediatamente comenzó a componer. Su primera composición, una breve pieza para piano fechada de 1839, se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia. La precocidad de Saint-Saëns no se limitaba a la música; a la edad de tres años ya sabía leer y escribir y los siete dominaba el latín.
 
Se considera Saint-Saëns como un compositor de música elegante y técnicamente sin defectos, pero poco inspirada. Un crítico dijo de él que “quiere ser Bach, pero no pasa de Offenbach”. Sus obras han sido calificadas como lógicas y precisas, profesionales y nunca excesivas. La obra pianística, aunque no es profunda ni emocional como la de algunos de sus contemporáneos, constituye el continuo estilístico entre Liszt y Ravel. También ha sido calificado como “el más alemán de los compositores franceses”, tal vez debido a su fantástica habilidad en la elaboración temática.
 
Durante sus 86 años de vida, Saint-Saëns escribió cientos de obras. Samson et Dalila, una grand opéra que cuenta con las célebres arias “Printemps quien commence” y “Mon coeur s'ouvre à ta voix”, así como el poema sinfónico Danza Macabra, inspirado en la obra de Henri Cazalis recreando el antigua superstición de la danza de la muerte y describe el personaje tocando el violín a medianoche y, a su ritmo, los esqueletos bailan entorno a su tumba; a la salida del sol, con el canto del gallo, los muertos vuelven a su tumba.
 
Además, Saint-Saëns destaca el Carnaval de los animales, una obra humorística en la que el compositor insertar desde canciones antiguas francesas hasta el “Can-can”, pasando por un fragmento de la Danza Macabra. Además, compuso los célebres Concierto para piano y orquesta núm. 2, la obra predilecta de Franz Liszt y Arthur Rubinstein, y la Sinfonía núm. 3, “avec órgano” ( “con órgano”).


Fotos:Bizet, Bellini. Saint-Saëns

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