Giselle, Paquita, Don Quijote, La muerte del cisne… Son algunos de los títulos que han llenado el escenario del Gran Teatre del Liceu este fin de semana. Sí, este 1 y 2 de septiembre el también conocido internacionalmente como Barcelona Opera House nos ha hecho activar los músculos del cuerpo y nos ha traído una muestra de lo que el cuerpo humano impregnado de arte puede llegar a hacer; se ha inundado de danza con la gala de la 10ª edición de IBSTAGE. Una gala que ha expuesto un popurrí de danza clásica y contemporánea, que ha paliado el gusanillo de los amantes de este arte.
IBStage es un programa internacional de danza clásica y contemporánea, donde estudiantes de todo el mundo de entre 14 y 22 años y con aspiraciones profesionales vienen a la Ciudad Condal para recibir clases durante tres semanas para así perfeccionar la técnica y ampliar la su carrera profesional. El programa queda bajo la dirección general del director del
Ballet de Catalunya,
Leo Sorribes, y bajo la dirección artística del ex bailarín de Les Ballets du Montecarlo
Elias Garcia Herrera y del ex-primera bailarina del American Ballet Theater y actual directora del Washington School of Ballet,
Xiomara Reyes. Así pues, después de un mes de agosto con clases intensivas (técnicas y de repertorio), los estudiantes han mostrado el esfuerzo y el trabajo desarrollado en la gala de clausura, junto a bailarines de primera línea de nuestra actualidad.
El acto comenzó con una coreografía de danza clásica creada por el mismo Elias Garcia,
Defile, interpretada por el cuerpo de baile de
IBStage. Una coreografía con una perfecta armonía y composición del movimiento en el espacio, con muchas entradas y salidas y una coordinación excelente entre los bailarines. Con este primer número, los jóvenes aspirantes se nos presentaron en el escenario dejando el listón bien alto de primer momento; triples y dobles
pirouettes ejecutadas con mucha nitidez, un torbellino de
fouettés las chicas y una gran variedad de saltos por parte de los chicos, todo ello representado sobre un encaje total con la música.
El cuerpo de baile protagonista interpretó tres piezas más: como apertura de la segunda parte, fragmentos adaptados del conocido ballet
Le Corsaire -coreografia original de
Marius Petipa– donde, entre los 16 chicos y 26 chicas, las cuatro bailarinas principales y, sobre todo, la primera bailarina, demostraron un gran virtuosismo ejecutando una serie de
fouettés brutal, desencadenado en forma de canon. La otra pieza fue “Coda” de
Don Quijote, adaptada por los directores artísticos del programa y con música del ballet. Con este número de danza clásica, los estudiantes concluyeron el acto junto al resto de bailarines con gran prestancia. Ahora bien, sobre todo, me gustaría destacar la obra
Absence of light de Luisa M. Arias. Esta fue la única pieza en la que las jóvenes bailarinas bailaban sin puntas y con la que los aspirantes rompían las barreras del ballet clásico, adentrándose en el mundo del contemporáneo y, incluso podríamos decir, del moderno jazz. Esta demostraba pues la versatilidad de los bailarines, que no sólo fueron capaces de cuadrar hacernos una pieza estricta de repertorio clásico, sino también de poner cuerpo y alma a una pieza contemporánea y actual, cargada de sentimiento y significados que cada uno de nosotros pudimos interpretar de maneras diferentes. Con fragmentos solistas, dúos y grupales, pudimos disfrutar de una increíble composición y descomposición de formas y dibujos acompañados de un juego de luces y baile sobre una música actual que nos adentraba en el aire de la popular música tecnológica. Con ello,
IBStage demuestra que puede aportar a los aspirantes lo que hoy todo bailarín necesita: ser versátil y saber ejecutar diferentes estilos y ramas de la danza, aunque, no nos engañemos, hoy, el clásico y el contemporáneo no lo cubren todo.
En cuanto a los bailarines invitados, nos presentaron mayoritariamente fragmentos de ballets de repertorio clásico de grandes coreógrafos como Lev Ivanov, Marius Petipa y Michael Fokine; pero también obras actuales con coreografías contemporáneas y neoclásicas de coreógrafos presentes hoy. Los primeros invitados a aparecer en escena fueron el bailarín solista y la bailarina principal del Stuttgarter Ballett,
Elisa Badenes y Martí Paixà, ella valenciana y él de nuestras tierras, crecido en Montbrió del Camp donde desarrolló su pasión por la danza. La pareja representó
Arcadia Pas de Deux, de Douglas Lee, una pieza neo-clásica con pinceladas de técnica Horton, pero baile sobre las puntas por la bailarina. Los artistas transmitieron al público una sensación de ligereza y complicidad entre la pareja ejecutando varias cargadas y también realizando trabajo en el suelo. Gracias a su gran complicidad, recordaban exactamente una simbiosis. Además, Martí Paixà también se dejó lucir y nos maravilló muy positivamente con la representación del solo
SSSS… de Edward Clug.
También cabe destacar la presencia de la bailarina rusa,
Polina Semionova, actual bailarina principal en Berlin Staatsoper, que interpretó dos piezas: por un lado,
Cello Suite Pas de Deux del reconocido coreógrafo
Nacho Duato, un dúo que representó acompañada de
Dmitry Semionov y, por otro, el famoso solo de danza clásica
La muerte del cisne de Michael Fokine. También bailarines como
Rebecca Storani y Dmitry Zagreb, representaron el
pas de deux de
Don Quijote demostrando unas excelentes habilidades y virtuosismo por la danza clásica con una elegancia extraordinaria y una interpretación óptima. Además, no podemos olvidar los dos
pas de deux del ballet
El lago de los cisnes uno de ellos representado por
Myriam Ould Brahm (bailarina estrella de la gala) y
Istvan Simon y, el otro, por
Anastasia Limenko e
Igor Tsvirko. Finalmente, es menester mencionar la presencia del
Ballet de Catalunya, dirigido por el mismo
Leo Sorribes, que presentó
Fast adelante, una pieza de danza clásica muy rompedora y adaptada a nuestros días con música clásica contemporánea.
En definitiva, felicito al equipo de
IBStage por el trabajo realizado durante el programa, por las adaptaciones coreográficas y para llevar a Barcelona una pizca de danza clásica y un olor de este arte anatómico en nuestro país con tan buena presencia. Un arte que, a veces, queda olvidado en el sector de las artes escénicas.
Fotos: IbStage