Critica

Por Sant Esteve, el Palau canta

30-12-2018

Este Sant Esteve, como cada año, el Palau se llenó de música coral. Todos los coros del Orfeó Català i el Cor de Cambra de esta entidad ofrecieron a un público entusiasta una muestra de su repertorio más navideño.
 

Si las musas que coronan el escenario del Palau pudieran hablar, seguro que explicarían muchas historias, y una de ellas sería la bonita tradición de hacer cantar todos los coros de esta entidad coral en un mismo escenario. El pasado 26 de diciembre, así pues, canciones de temática animal de aquí y de allí ocuparon un espacio central en un concierto que también dedicó un espacio tanto a una canción tradicional y consolidada, Santa Nit, y como de otras de nueva creación. Todo ello se desplegó con una gran coordinación, fruto del trabajo de todos los coros y del equipo que trabaja para que así sea, dirigidos escénicamente, en esta ocasión, por Dani Coma.
 
El concierto comenzó con una demostración cuantitativa y cualitativa de todos los coros del Palau. Los coros del Orfeó (desde los más pequeños hasta los más mayores) y el Cor de Cambra cantaron dos obras que sonaron con fuerza a todos los rincones del teatro modernista. Las más de 300 personas cantaron conjuntamente Angelus ad Virignin y Sir Christèmas: un gran número de voces que sonaban miraras donde miraras del escenario procuraban una imagen de unidad entre formaciones que también se puso de manifiesto a lo largo de todo el concierto.
 
El Cor de Noies nos ofreció una Cançó de Bressol de Xavier Pastrana precioso: el coro mantuvo una almohada muy piano y suave y la solista cantó con una voz madura, aterciopelada y vibrada en el punto justo. En una segunda parte del concierto interpretaron The Huron carol con un timbre cubierto, muy bonito y elegante y una versión jazzística de Les dotze van tocant.
 
Desde el fondo del escenario dormían los miembros del Cor Jove, que se despertaron con Les bèstias del naixement de Albert Guinovart. Cabe destacar la divertida coreografía que fue pasando por todos los animales que protagonizan el villancico y que provocó algunas carcajadas entre el público. Cuando llegó el turno del toro, el Cor Infantil salió al escenario sin estorbo y, una vez acabada la actuación de sus compañeros, cantaron un fragmento de Eguberri Irudiak de Josu Elberdin (en euskera) y Donkey carol de John Rutter (en inglés).
 
El color blanco y ligero de estos niños y niñas dejó paso a un brillante y solístico del Cor de Cambra, dirigido por Xavier Puig que esta temporada se ha estrenado como director titular. Con algún toque de humor, este coro formado de 24 cantantes profesionales cantó cuatro piezas a lo largo de todo el concierto, una de las cuales fue una versión de Les bèsties del naixement arreglada por Arnau Tordera que, vestido con barretina, mallas, faja y chaqueta de cuero, terminó de dar un toque de rock folclórico a la pieza.
 
En diferentes momentos de la noche, el Cor del Orfeó llenó el teatro modernista de un mar de sonido homogéneo y penetrante. El Palau prácticamente se quedó pequeño con canciones como Molihua, recordando el viaje que ha realizado esta formación de voces mixtas en China o con Stille Nacht celebrando el 200 aniversario de esta canción tan popular, entre otros.
 
En dos ocasiones los coros regalaron una peculiar mezcla de timbres de voz y colores: las voces masculinas del Orfeó Català y del Cor Jove y los coros de Petits y Mitjans cantaron un conocido A Betlem me’n vull anar y las voces femeninas de estas mismas formaciones, el Cor de Noies y el Infantil, interpretaron el arreglo de Marc Timón de El noi de la mare. Otra de las canciones conjuntas fue Carols of the birds, donde los coros de la Escuela Coral demostraron que hay una buena cantera!
 
Así, los Coros de Petits y Mitjans también se hicieron dueños y señores del escenario acompañados, en una de las piezas, con unas muecas simpáticas que arrancaron más de una sonrisa entre las butacas.
 
El concierto de Sant Esteve también tuvo espacio para los estrenos: Marc Timón, con su Poema épico impresionante y muy aplaudido, acompañado visualmente de un juego lumínico muy efectivo, marcó un gran final de primera parte. Ya en la segunda parte del espectáculo, Joan Magrané y un Mai arribarà lleno de capas sonoras, fue interpretado por el Cor de Cambra con gran solemnidad. El último estreno de la noche fue la de Josep Maria Guix con un Ave Maris Stella, interpretado por el Cor Jove, de una gran variedad de texturas y un solo de contratenor. Los tres compositores asistieron al concierto. También hay que apuntar que no pudimos disfrutar de las improvisaciones en el órgano de Juan de la Rubia por un problema técnico con el pedalier.
 
Finalmente, todos los coros acompañados del público cantaron Santa Nit. El director artístico de los coros del Orfeó, Simon Halsey y las cámaras de TV3 que habían televisado todo el concierto giraron hacia las butacas para dar protagonismo a todos aquellos que, hasta entonces, habían sido todo oídos. Ya para terminar, las estrelladas llenaron un año más los balcones y la platea y todo el mundo cantó El cant de la senyera y Els segadors.


Fotos: Orfeó Català. TV3

 

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Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
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