Critica

Guinjoan visto por Casablancas

02-01-2019

Un recuerdo emocionado por el maestro y amigo Joan Guinjoan, un gigante de la creación musical de nuestro país, un referente y un faro, con todo mi afecto y gratitud por su personalidad proteica que marca, sin duda, un antes y un después en la música de nuestro tiempo en Cataluña y en el estado por ser un hombre con gran rigor y compromiso artístico que hizo un trabajo infatigable para difundir la música de la propia contemporaneidad.

En estos momentos de duelo son muchos los recuerdos que se amontonan a lo largo de los años y que se remontan a los primeros encuentros en su domicilio de Padua, para recibir unas lecciones de armonía -siguiendo Hindemith- que revelaron desde el primer momento dos de las constantes de su pensamiento musical: profundo respecto del oficio de compositor, cuidadosa atención a la naturaleza física, sensual -casi hedonista- del hecho sonoro y conciencia de que el proceso creativo no termina en la obra escrita sino que tiene continuidad y culmina en el acto mismo de su ejecución en concierto, lo que da juego a una interesante interacción con sus intérpretes, entendiendo el discurso musical como algo abstracto -que lo es- pero que debe necesariamente materializarse, hasta llegar a su verdadero destinatario: el público.
 
Porque su música es esencialmente comunicativa. La pensaba en términos de realidad sonora y sentía muy claramente dimensión física y sensual, trabajando estrechamente junto a los intérpretes y siendo muy consciente de sus necesidades. Por lo tanto, conjugaba un pensamiento teórico-práctico. Estaba abierto a todas las corrientes estilísticas y se mantenía al día, pero siempre con un lenguaje que mantenía su independencia. En la composición hablaba de “cartesianismo mediterráneo”, por esta actitud atenta a la realidad del sonido y el color, el ritmo, que lucen especialmente en su música, marcada siempre por el rigor.
 
Glosar también su pillería juguetona, bromista impenitente dotado con un afilado sentido del humor, penetrando inteligencia, su carácter vitalista y joie de vivre, fruto de este hedonismo, su carácter vitalista y la energía que transmitía, que son toda una lección desde el plano humano, porque no lo abandonó ni en los momentos más dolorosos de su vida, sobre todo la pérdida de su mujer y compañera de vida, la Monique, a quien también queremos recordar hoy. Mis condolencias y todo el apoyo al François y al resto de familia.
 
Son muchos los aspectos que confluyen en su proteica personalidad: pianista, director y compositor al frente, pero también la de pedagogo -a Sabadell aún se recuerda-, la de organizador y promotor, trabajador incansable en la difusión de la música del siglo XX en todas y cada una de las facetas mencionadas. Son legendarias sus primeras audiciones en el estado de muchas obras de los autores que ellos más apreciaba, Stravinsky, Ravel o Schönberg (al frente del mítico Diaboulus in Musica, pero también la OBC), compositor particularmente admirado por su compromiso insobornable, de quien ofreció en calidad de primicia en nuestro país de la Segunda Sinfonía de Cámara. Hay sin duda un antes y después de Guinjoan, pero sobre todo está la calidad y maestría de su oficio, el rigor de su trabajo y el impulso que dio a la creación actual y a sus creadores, y una producción que cuenta entre los referentes más determinantes de la música contemporánea en nuestro país.
 
Hay el hombre, naturalmente, inteligente, pícaro, de una simpatía desbordante y vitalista que no aminorar la solidez e idiosincrasia tanto personal de sus convicciones, de una curiosidad insaciable y abierto al mundo, pero conservando en todo momento su independencia creativa.
 
Nos deja el hombre -y una parte muy importante de nuestra historia- pero nos queda su legado musical, arraigado a su tierra, pero de vocación universal. Honrémosla -como merece haciéndola sonar, que es la forma en que los países maduros celebran y hacen posible la presencia real y el reconocimiento del mejor de su patrimonio y tradición cultural, en beneficio de las generaciones presentes y futuras. Así te recordaremos, amigo Joan, como un faro que seguirá iluminando el futuro de la música en este país. Por muchos años!


Fotos: Joan Guinjoan

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Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
ainavegarofes