Critica

Renée Fleming vuelve a Barcelona

22-01-2019

Si la memoria no nos falla, la soprano Renée Fleming ha actuado en dos ocasiones en Barcelona. La primera, en el Palau de la Música Catalana (2004), en un memorable recital acompañada al piano por Jean-Yves Thibaudet. La segunda, en el Gran Teatre del Liceu (2007) en una versión en concierto de la ópera Thaïs de Jules Massenet, junto a un Franck Ferrari que a última hora suplió el Atanaël previsto para la ocasión, Thomas Hampson.
 


En ambos casos, la diva estadounidense confirmó en directo lo que ya habíamos escuchado en disco: la vocalidad exquisita, la elegancia del fraseo y un punto de sabio distanciamiento aristocrático revestían la aureola de una cantante que ha sido sencillamente extraordinaria y que siempre ha sabido dosificar sus actuaciones a una Europa demasiado lejana de su Norteamérica natal: Fleming no quiso estar fuera de los Estados Unidos durante largas temporadas, por fidelidad a su familia. Es por ello que algunas de sus mejores actuaciones han sido en el Metropolitan Opera House de Nueva York, donde ha confirmado sus dos grandes especialidades: Mozart y Richard Strauss, a través de personajes y óperas que fácilmente pueden ayudar a establecer paralelismos con Elisabeth Schwarzkopf: la Condesa de Le nozze di Figaro, Donna Elvira de Don Giovanni, la Mariscala de Der Rosenkavalier o Magdalene de Capriccio son algunas de las citas indispensables para asistir al milagro de la voz de Renée Fleming, sin olvidar su inmarcesible Rusalka de Dvorák.
 
Pero Renée Fleming también ha mantenido una presencia constante en los escenarios concertísticos de todo el mundo como gran dama del lied. Lo confirman sus numerosas grabaciones (tan numerosos como los operísticos) y los DVDs que permiten asistir a interpretaciones de referencia, exquisitas y con el temple nobiliario que define a la diva norteamericana. Y siempre ante batutas con quien ha mostrado una total compenetración, como si prefijo una idea que debería prevalecer en todo acto musical: hacer arte disfrutando del arte; hacer música disfrutando de la música, más allá del marketing, del glamour y de la parafernalia que a veces rodea este mundo.
 
El 14 de febrero de este año, Renée Fleming festejará el 60 aniversario. Prácticamente retirada de la escena operística, pero no de los conciertos y recitales, el día 5 volverá a Barcelona para ocupar una vez más el escenario del Palau de la Música. Será para ofrecer, junto al pianista Harmut Höll, una verdadera filigrana musical: lieder de Brahms, la “cantilena” (nº5) de las Bachianas Brasileiras de Villa-Lobos, fragmentos de ópera de Puccini (Turandot), Leoncavallo (La bohème) y Dvorák (la citada Rusalka) y de opereta de Lehár, además de extractos de musicales (Nine) y una canción de Tosti, entre otros.
 
La cita es ineludible, porque todo hace pensar que de manera inteligente Renée Fleming también dejará en breve los escenarios concerístics. Si a esto sumamos las escasas visitas de la soprano Norteamericana en nuestro país, es fácil deducir que esta puede que sea la última vez que la tendremos entre nosotros. Yo no me lo perdería…
 
 


Foto: Renée Fleming 

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Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
ainavegarofes