Critica

Aquellas plumas catalanas

11-02-2019

Durante estos días y hasta el 7 de abril el Foyer del Palau de la Música Catalana acoge la exposición «El estreno de compositores catalanes en el Palau (1908/36)» organizada por el Centro de Documentación del Orfeón Catalán. La propuesta, en catalán e inglés, es un espacio de bienvenida y explicación histórica destinada a todas aquellas personas que vayan a escuchar un concierto o disfrutar del espacio arquitectónico que la acoge.


 Foyer, en francés, es allí donde se hace el fuego, es el espacio familiar: el hogar. Así, también puede hacer referencia al núcleo donde se proviene o puede ser un espacio de reunión de un grupo de personas. Desde un punto de vista arquitectónico, sin embargo, es el espacio que sirve de transición, un vestíbulo. Aunque esta última acepción es la más evidente cuando pensamos en el Foyer del Palau, las connotaciones de origen y de reunión toman más sentido en exposiciones como la actual.

«El estreno de compositores catalanes en el Palau» propone un recorrido cronológico y dividido en temáticas a partir de algunos de los documentos que protagonizaron estos estrenos: programas de concierto, partituras originales y manuscritas de estas obras, fotografías de los compositores y correspondencia entre los músicos que contextualizan las creaciones y ayudan a crear un imaginario de la situación social de los artistas. La línea temporal que propone la exposición comienza con la inauguración del Palau de la Música en 1908 y, no es casualidad, no llega más allá del año 36: la coincidencia del final de la programación de obras catalanas con el inicio de la Guerra Civil es del todo significativa. A lo largo de estos años se estrenaron más de 180 obras de diversos géneros compuestas por músicos catalanes, el mismo escenario donde también se representaban piezas de grandes maestros universales.

De este modo, la exposición se divide en seis paneles: «La música catalana a los inicios del siglo XX. Los certámenes de composición musical »- donde se explica el impulso a la creatividad catalana que suscitaron los concursos de composición musical como la Fiesta de la Música Catalana, aquellos promovidos por Eusebi Patxot y Llagustera o el Premio Concepció Rabell y Cibils -« la música coral »- que señala algunas de las personalidades más producciones corales y armonizaciones de canciones tradicionales catalanas como las de Lluís Millet, Amadeu Vives o Joan Tomás entre otros -« los compositores más programados »- que recorre los compositores y las obras más populares en la época: Eduard Toldrà, Francesc Pujol o Juan Lambert son nombres que aún hoy se sienten en escenarios contemporáneos. – «La música orquestal» – que también tuvo su lugar a partir de 1919 – «La música de cámara» – género muy desconocido hasta la irrupción de la fundación Cuarteto Renacimiento, la Asociación Música Da Camera y la Asociación de amigos de la música que tuvo continuidad gracias a ciclos como el de «los Poetas y los Músicos” y que se podría comprar muy fácilmente con el itinerario literatos de esta misma temporada en el Palau – y, finalmente «la música para cobla »- del cual destaca los conciertos de Año y las sardanas orquestadas de Enric Morera, además de algunos de los nombres que ya han ido protagonizando las otras secciones.

Siguiendo esta línea y de una manera enlazada con la exposición, el Palacio propone un itinerario de seis conciertos a lo largo de la temporada 18/19 donde hay programada música de compositores catalanes contemporáneos y del siglo pasado. Josep Maria Guix, Joan Guinjoan, Josep Ollé, Joan Albert Amargós o Eduard Toldrà son algunas de las plumas que se dejarán sentir entre los meses de marzo y junio en el Palau. Entre todos los compositores y artistas catalanes que recogen la exposición y la programación, sin embargo, hay un hecho que llama la atención: no hay ninguna compositora. Con este dato y teniendo en cuenta las músicos de nuestro país (contemporáneas como Carlota Baldrís, Maria Rosa Ribas o Marián Márquez; de principios del siglo XX como Lluïsa Casagemas, Montserrat Campmany o Onia Farga por citar sólo algunos nombres) lanzo la pregunta: «dónde están las mujeres?».


Fotos: Millet, Toldrà

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Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
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