Critica

Delicadexa y precisión en el piano de Glass

23-05-2019

El día 21 de mayo entraba en el escenario del Palau de la Música, poco a poco, pero muy seguro, el compositor y pianista Philip Glass. Sus pasos fueron como la música minimalista que se sintió en el programa de la velada: delicados y precisos. Los aplausos efusivos del público le rendían un homenaje a tanto años de una música que celebra la belleza y que propone el sueño como espacio creativo.

 
Vessels (1937), una composición de Glass arreglada por Albert Guinovart, que acompañó el coro de manera excelente al piano, fue la obra que inauguró el concierto, con las magníficas voces de l’Orfeó Català, dirigidas por Simon Halsey. Esta pieza es una de las que conforma la banda sonora musical de la película experimental y de culto Koyaanisqatsi (1982), dirigida por Godfrey Reggio y con la fotografía de Ron Fricke, un documental con secuencias en cámara lenta y en time-lapse , al igual que la música de Glass, de paisajes naturales y urbanos de Estados Unidos. Las unidades mínimas constituidas por las corcheas, figuras rítmicas de las que hace uso, en las voces de soprano para empezar la obra, se fusionan con las masculinas creando una construcción ambiental que va tejiendo un polifónico poema sin texto al que se añaden las voces masculinas acompañadas del piano llevándonos a un estado de reflexión y recogimiento, como las olas del mar cuando llegan a la costa.


La segunda pieza, Mud rush (1979), originalmente para órgano y que fue interpretada por Glass, evoca imágenes de formas puras en movimiento. El compositor minimalista escribió esta pieza con motivo de la primera aparición pública del XIV Dalai Lama en la ciudad de Nueva York en 1979. Ya al ​​comienzo de la obra se constata la alternancia de dos temas. Un tema es pacífico y meditado, con unas manos perfectamente sincronizadas, pero el otro es airado, rápido y frenético con arpegios muy rápidos que se tocan simétricamente con las dos manos. Los dos temas representan el juego de las deidades de paz e ira en el budismo tibetano.

La pianista Maki Namekawa sedujo al público con su magnífica interpretación de algunas piezas de Mishima (1984), la tercera obra del concierto. Mishima / Opening; November 25: Morning; Temple of the Golden Pavilion; November 25: Ichigaya; Award Montage; Runaway Horses; Mishima / Closing son extractos de la banda sonora musical que fue compuesta para la película Mishima: a life in four chapters, dirigida por Paul Schrader. La película es un biopic sobre el célebre activista y escritor japonés Yukio Mishima. Estas piezas que tocó la excelente pianista, vestida con un kimono amarillo, nos transportaron desde los hipnóticos arpegios obstinados en la luz y el color de unas notas que nos conducían con sus acentos a una esfera de contemplación y paz interior.

La cuarta obra, Distante figure, passacaglia para piano (2017), fue escrita para Anton Batagov. Los compases iniciales, dos notas ondulantes, reflejan la bella simplicidad de sus estudios. Bagatov consiguió, con su brillante ejecución, los crescendi más delicados y emocionantes a través de cambios sutiles, a menudo alterando sólo una nota o un acorde. En esta obra se despliega toda la fuerza dramática de Glass.

Como antepenúltima obra, el mismo Batagov interpretó Etudes #7 (1996). Este estudio, que conforma uno de los veinte estudios para piano de Glass, muestra su vena más romántica y nos recuerda, en muchos de sus compases, lo que podría ser un estudio de Chopin. Como el compositor romántico tiene dos funciones: ejercitar la técnica y embellecer la forma pedagógica.

La penúltima obra, Stokes (2013), una pieza para cuatro manos, fue tocada a la perfección por Anton Batagov y Maki Namekawa. Esta composición forma parte de la banda sonora de la película del mismo título. La interpretaron magistralmente los dos pianistas, Anton Batagov con una contención introspectiva en los tonos graves y Maki Namekawa con una gestualidad expansiva en la parte aguda del teclado.

Para acabar el concierto, nada mejor que Closing (1981), un regalo tocado por Glass, una de las obras incluídas en el primer disco que grabó para la CBS llamado Glassworks y con una clara orientación pop que el público agradeció con entusiasmo en los aplausos finales del concierto.



Fotos: Phillip Glass, Orfeó Català

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