Cámara

“Algo para reirse”: Říkadla, de Leoš Janáček

19-10-2019

Este viernes, en el Palau de la Música, Magdalena Kožená tenía programado ofrecernos un inusual recital en el que tenían que participar también un cuarteto de cuerda, flauta, clarinete y piano. En el repertorio -que incluía piezas de Chausson, Stravinski, Strauss, Brahms, Ravel y Dvořák- destacava Říkadla, una pequeña joya de Janáček de la que os hablamos en este artículo.

El caso de Leoš Janáček es de lo más atípico. Su pionera investigación etnomusicológica (fue el primero, antes de Bartók, en transcribir de forma rigurosa las melodías populares de su tierra) y su interés por las cadencias melódicas del habla cristalizaron lentamente en un lenguaje musical único y en unas revolucionarias teorías de la armonía y el ritmo que aún hoy permanecen desconocidas e inaccesibles para todo aquel que no entienda el checo. El reconocimiento internacional le llegó tarde, a los 62 años, cuando el éxito de Jenůfa en la Ópera de Praga le abrió finalmente las puertas de los teatros europeos. A partir de ese momento empezó una etapa de extraordinaria fecundidad que duró hasta su muerte, doce años más tarde, y que dio como resultado una quincena de obras maestras, cada una más atrevida e innovadora que la anterior. A la raíz de este estallido creativo encontramos la singular relación del compositor con Kamila Stösslová, una joven felizmente casada a quien doblaba la edad y de quien se enamoró apasionadamente. A pesar de la ausencia de interés romántico por parte de Kamila, mantuvieron una relación de amistad en la que ella se convirtió en su peculiar musa. Puede que esta sea la razón que en las obras de madurez de Janáček no encontremos ni rastro de nostalgia, sino vitalidad y, en casos como Říkadla, un marcado sentido del humor.

Janáček era atípico incluso a la hora de buscar inspiración. Tres de las obras de esta etapa de madurez surgieron de las páginas del Lidové noviny (noticias del pueblo), un periódico de Brno con el que el compositor colaboró asiduamente desde su fundación, publicando más de cincuenta artículos y folletos. Unos poemas publicados de forma anónima en 1916 le proporcionaron el texto para el ciclo de canciones Diario de un desaparecido (1919) y la tira cómica Liška Bystrouška (literalmente “Zorra orejas-puntiagudas”) dio lugar en 1923 a la ópera homónima, más conocida entre nosotros como La pequeña zorrita astuta. A partir de 1922, en la sección infantil del diario, aparecieron diariamente unas rimas infantiles ilustradas por diversos autores. En 1925 Janáček recopiló ocho para un ciclo de canciones para voz, piano y clarinete, estrenado con el nombre de Říkadla. Insatisfecho por la falta de cohesión de esta primera versión, durante 1926 la amplió con 10 canciones más y la redondeó con una introducción y un postludio instrumentales. Esta segunda versión, con un total de 19 movimientos (18 canciones más la introducción), está escrita para coro de cámara y una curiosa combinación de 10 instrumentos: flauta, flautín, clarinete, requinto, fagot, contrafagot, contrabajo, piano, ocarina y un tambor de juguete.

La palabra checa “říkadlo” ( “říkadla” en plural) proviene del verbo “říkat” ( “decir”) y da nombre a un género de literatura popular infantil que consiste en rimas breves sin sentido, el humor de las cuales se basa en la sonoridad, los absurdos y los juegos de palabras. Los niños las utilizaban en sus juegos, a veces en forma de canción. Al igual que hacía con los adultos, Janáček se dedicó a transcribir musicalmente los perfiles melódicos de conversaciones infantiles, y mostró un gran interés en el estudio del talento musical de los niños, llegando a colaborar en las investigaciones de František Pražák (fundador de la Sociedad para la Investigación Infantil de Brno junto con Edward Babák). Desconocemos qué influencia tuvieron estas investigaciones en la música de Říkadla, pero según una nota manuscrita detrás de los bocetos de la obra, Pražák y Babák fueron “el ímpetu principal, [la obra] contendrá la huella de su legado”.

Imagen 1: Episodio de la historia del Zorro oreja-puntiaguda publicado en las páginas del Lidové noviny el 17 de abril de 1920. Fuente: hemeroteca digital de Lidové noviny.

A pesar de su origen, Říkadla no es una obra pensada para niños. Se trata de una de sus últimas composiciones y, tal como afirma el musicólogo John Novak, podemos considerarla “un compendio de su estilo compositivo”, una de sus partituras “más ingeniosas” en la que nos “revela sus técnicas compositivas más fundamentales”, la mayoría de ellas ligadas a las particularidades de la música de su moravia natal. La orografía montañosa de la región ayudó a preservar sus rasgos idiosincrásicos, a diferencia de la región de bohemia, donde había una fuerte influencia de la música austrohúngara. Así pues, entre otros elementos provenientes directa o indirectamente de la música tradicional, en Říkadla encontramos giros melódicos característicos, ritmos de danza, ritmos simétricos y polirritmia. La mayoría de canciones no terminan en la misma tonalidad en la que empiezan y hay una gran libertad a la hora de utilizar escalas diversas dentro de una misma canción o, incluso, dentro de una misma frase. También encontramos el rasgo más distintivo de su estilo: la forma en la que construye cada canción a partir de pequeñas células -melódicas o rítmicas- que pueden transformarse, pasar de una voz a otra, formar ostinatos o superponerse en diferentes capas. Estas técnicas aportan coherencia a la música y generan ricas texturas y armonías complejas que son difíciles de analizar dentro del marco de la teoría musical occidental. Todas estas técnicas, tan relevantes en obras como los cuartetos de cuerda, la Misa glagolítica o las últimas óperas, en Říkadla aparecen condensadas de forma prodigiosa en unas canciones que oscilan en torno al medio minuto de duración – veinte segundos la más breve y poco más de un minuto la más larga.

Imagen 2: Página del Rincón infantil (Dětský koutek) del Lidové noviny, publicada el 27 de septiembre de 1925, con historietas, rimas, una tira cómicas, adivinanzas y las instrucciones para montar un patinete. Fuente: hemeroteca digital de Lidové noviny.

La concisión, la caricatura y la sorpresa son la clave del humor que destilan estas canciones. Pero este humor no sólo se inspira en los textos. “He compuesto Říkadla no sólo porque en encuentro el contenido divertido, sino también porque me gustaban las ilustraciones de Josef Lada“, escribió Janáček. De hecho, el humor de la partitura tiene mucha relación con los dibujos, tal como le explicó por carta a Lada: “me encantaron sus ilustraciones del Lidové noviny. Creo que incluso he añadido un giro musical a 18 de ellas. A pesar de todo, el humor de la música está muy en sintonía con el de sus ilustraciones“. De ahí que el compositor insistiera en que la partitura se publicara con las ilustraciones correspondientes a cada canción, pero, después de su muerte, Universal Edition las retiró de la edición que se comercializa aún hoy en día. A continuación se pueden encontrar todas ellas, acompañando a las respectivas rimas traducidas directamente del checo. No se trata de una traducción con aspiraciones literarias, simplemente pretende acercar el significado -a menudo absurdo- del original de la forma más directa posible, para poder captar mejor su relación con la música. La mayoría de traducciones disponibles son, o bien indirectas, o bien están pensadas para ser cantadas, con lo cual resulta imposible mantener la fidelidad al original. De las dieciocho rimas, tres están en dialecto moravo (XI, XVI y XVIII), una en esloveno (XII) y una en ruteno del sur de los Cárpatos (XIX). Las ilustraciones son mayoritariamente de Josef Lada, excepto tres que son de Ondřej Sekora (II, IX y XI), una de Jan Hala (XII), y una de anónima (XIX).

Junto a cada título se indica, entre paréntesis, la numeración original de las 8 canciones de la primera versión. Estas son las que el viernes, en el Palau, interpretará Magdalena Kožená, acompañada de Sir Simon Rattle al piano y Andrew Marriner al clarinete.

I. Introducción
La introducción sirve como elemento unificador de todo el material musical. El tema del clarinete se reanudará al final de la última canción, en un pequeño postludio. sus intervalos melódicos son la semilla de buena parte de los motivos que aparecerán a lo largo del ciclo.

II. Řípa se vdávala
La remolacha se casaba,
el apio silbaba,
la zanahoria bailaba,
y el rábano todo lo disponía,
las rimas arreglaba.

El texto original de la rima dice: “La remolacha se casaba / el apio gritaba / la zanahoria bailaba / y el rábano silbaba”. El verbo silbar, en checo, se puede entender también como “hacer sonar una flauta”, tal como muestra la ilustración correspondiente. Janáček modifica la rima y la añade un verso, jugando con el juego de palabras pískal / spískal. Según el verso añadido, es el rábano el culpable de las rimas que siguen. Si la introducción proporciona coherencia musical, esta rima da sentido al texto.


III. Není lepší jako z jara
No hay nada mejor que la primavera,
se vuelve verde la hierba en el campo.
La cabra yace en el prado,
yacer no le desagrada nada.


IV (I). Leze krtek podle meze
El topo se arrastra por el margen
del prado, midiéndolo.
El suslik lo sigue cargando un saco,
pues molerá la harina.


V (II). Karel do pekla zajel
Karel ha ido al infierno
en un blanco caballo, un demonio allá lo persigue.
No sabiendo hacia donde ir, se ha comprado una gaita.
No sabiéndolo aún, se ha comprado unas alicates.
No sabiendo nada de nada, se ha comprado una llave.


VI. Roztrhané kalhoty
Pantalones rotos,
el aire sopla en ellos,
los voy a coser;
la araña trenza el hilo.


VII (III). Franta rasů hrál na basu
Franta, de ca el carnicero, tocaba el bajo
cerca de la cola de una vieja vaca.
La vieja vaca estaba encantada,
que Franta fuera su camarada.


VIII. Náš pes, náš pes…
Nuestro perro, nuestro perro
se ha roto la cola;
puesto que el muy bobo
en una valla se la pilló.
Nuesto perro! Nuestro perro!


IX (IV). Dělám, dělám kázání
Doy, doy un sermón,
cuatro gatos anudados,
i el quinto, un perro, entró dentro del horno,
de allí robó una tostada,
y corrió con ella por la plaza;
se lo encontró una vaca,
que era su madre,
se lo encontró un joven buey,
que era su padre,
se lo encontró un ternero,
que era su tio,
se lo encontró un potro,
que era su abuelo,
se lo encontró una cabrita,
que era su abuela!

El origen de esta absurda secuencia de encuentros es la aliteración que generan los nombres de los parientes y de los animales al final de cada verso. Sin embargo, se esconde también un probable juego de palabras con los dobles sentidos de estos animales cuando se usan para referirse a personas. Así, coloquialmente, a una mujer y un hombre estúpidos se les puede llamar “vaca” y “toro” respectivamente. “Potro” y “cabrita” tienen las mismas connotaciones -fuerte y alocado, respectivamente- que en castellano.


X. Stará bába čarovala
La vieja anciana hacía magia,
de la cebada y del mijo,
grano pelado producía.
estos eran sus conjuros!

“Bába” puede ser una mujer vieja, pero también una bruja. No debe confundirse con “abuela”, que sería “babička”. Es remarcable la forma en la que Janáček se burla musicalmente de esta bruja de medio pelo. Al principio, el ostinato del piano y los armónicos del contrabajo crean una atmósfera nocturna y misteriosa (en los saltos de la ocarina podemos oír el canto del búho), reforzada por el uso de la escala de tonos enteros en la melodía . Todo esto se desvanece una vez descubierta su torpeza, y el pedal del bajo se convierte en unos acordes salteados que parecen reírse de la inofensiva bruja.


XI (V). Hó, hó, krávy dó
Ho, ho, las vacas van,
llevan la leche por debajo del agua,
llevan un cuartillo de leche.
Donde está nuestra novilla?
En la iglesia del Señor.
La iglesia se derrumba,
el granero arde.

Salta al agua ciquilla,
allí tienes unas cuentas doradas.
¿Para qué debería saltar
i mojarme las faldas?
¿Donde las secaría?
En casa del pastor, allí en la esquina,
en una ramita verde.


XII. Moje žena malučičká
Mi mujer pequeñita,
la pondré en una olla,
i la cubriré con la tapa!
Que hierva con la sopita!

El humor negro de esta rima parece poco adecuada para el público infantil al que iba originalmente dirigida y la música parece perfectamente consciente de este hecho. La primera mitad de cada verso tiene un perfil melódico calmado y juguetón, mientras que la segunda mitad es casi hablada, con un salto descendiente brusco y al doble de velocidad. En cierto modo puede recordar a alguien que cuenta un chiste subido de tono y, de repente, baja la voz cuando llega al desenlace políticamente incorrecto.


XIII. Bába leze do bezu
La vieja se encarama al saúco,
y detrás me encaramo yo,
donde va la vieja allí voy yo,
así estaremos allí los dos!

De nuevo, “bába” puede traducirse como “mujer vieja”, pero con una posible connotación de bruja. Como no sabemos seguro si se trata de la abuela ( “babička”) del niño, no podemos descartar que sea algún tipo de hechicera.


XIV (VI). Koza bílá hrušky sbírá
La cabra blanca recoge peras,
la moteada sacude el peral.
La blanca las llevará
mañana a Kolín!


XV. Němec brouk, hrnce tlouk
El escarabajo alemán golpea las ollas,
las ha lanzado por el prado,
y del prado al charco,
el bestia alemán miente por la garganta.

Habitualmente “Němec brouk” se traduce como “el Alemán malhumorado”, posiblemente por como aparece en la ilustración de Josef Lada, pero “Brouk” significa “escarabajo”. El trato claramente despectivo -rayando la xenofobia- de esta rima responde a la situación política que se vivía a principios de siglo XX, cuando una parte de la población checa se oponía al dominio de la cultura germánica en la región, entonces todavía parte de el Imperio Austrohúngaro. El hecho de que Janáček escogiera esta rima en 1926, cuando Checoslovaquia hacía ya ocho años que era un estado independiente, demuestra hasta qué punto era sensible a la cuestión de la identidad nacional.


XVI. Koza leží na seně
La cabra yace en el heno,
me ha sonreido,
la cogeré por la barbilla
y la llevaré a Brod.

En Brod no tienen cabras,
comen leche con un punzón,
cortan el pan con una hacha
y la leña con un fuelle!


XVII (VII). Vašek, pašek, bubeník
Vašek, pastorcillo, timbalero,
llevó las cabras detrás del estanque.
Las cabras se le desbocaron
y al agua se le lanzaron.


XVIII (VIII). Frantíku, Frantíku
Frantík, Frantík,
buenas son las gachas con leche,
todavía mejores son con nata,
pero ¡para ti no quedarán!


XIX. Sedet’ medviď na kolodi
Estaba sentado el oso encima de un tronco,
recortándose la pernera de los pantalones,
el tronco empezó a moverse
y él al tronco maldice.


Todos los recortes de periódico provienen de la hemeroteca digital del diario Lidové Noviny. Las rimas con sus ilustraciones han sido localizadas con la ayuda de las fechas de publicación que figuran en el artículo Leoš Janáček: Nursery Rhymes de libuše Janáčková, publicado en la revista Acta Musei Moraviae. Quiero agradecer a Jiří Zahrádka que me facilitara el acceso a este y otros documentos sobre Říkadla. Quiero agradecer también a Klára Čaplová y Gabriela Venhudova su inestimable ayuda con las rimas originales en checo.
Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *