Jiménez ha sido uno de los grandes invitados a la Kammeroper de Viena para el estreno de la nueva producción de la ópera sería del compositor barroco Georg Friderich Haendel, junto con Markellos Chryssicos (dirección musical) y el estadounidense James Darrah (escena y coreografía). Jiménez interpretará al protagonista de la ópera, Giustino, originalmente escrito para el alto castrato Domenico Aníbal, lo que demuestra la complejidad del papel. El reparto es completado por los cantantes de la Young Ensemble del Theater an der Wien, entre los que destacan Jenna Siladie como Arianna y Johannes Bamberger como Vitaliano, y por la orquesta del Bach Consort de Viena.
Giustino es una de las obras que Haendel compuso durante su estancia en Inglaterra, donde se centró principalmente en la forma del oratorio inglés. Sin embargo,
Giustino es una de las óperas más notables del compositor, dividida en tres actos, y resultado de la adaptación en italiano del libretto de Niccolo Beregan y Piandro Pariati. Recoge la historia de Giustino, de origen humilde, y como éste se convierte en el gran héroe de Constantinopla; la historia se presenta en el marco de una tragedia clásica. Se estrenó el 16 de febrero de 1737 en el Covent Garden Theater de Londres.
El debut de Jiménez es relevante no sólo por la importancia de la ópera o porque actúa por primera vez en Viena, considerada la capital de la música clásica, sino también por el hecho de hacerlo en el
Theater an der Wien, a cargo de la
Kammeroper de Viena desde el 2012. Ambas instituciones son importantes en una ciudad artísticamente vital. El Theater an der Wien, fundado en 1801 con el nombre de Theater auf der Wien (localizado más allá de los límites de la ciudad), es el teatro de ópera más antiguo de Viena, reconocido por acoger el estreno de obras de una importancia capital en la historia de la música, de entre las cuales cabe destacar la
Flauta Mágica de Mozart en 1792 (cuando estaba regentado por el libretista de la ópera y amigo íntimo del compositor, Emmanuel Schickaneder), tres de las sinfonías de Beethoven (la
Heroica, la
Quinta y la
Sexta), así como obras de compositores como Salieri o Johann Strauss II. Pocos años después pasó a nombrarse Theater an der Wien, ya que se econtraba cerca del centro. Por su parte, la Kammeroper (ópera de cámara de Viena) se centra en el repertorio operístico barroco y de ópera buffa, pasando por la música de cámara hasta producciones de teatro musical contemporáneo, ofreciendo así una gran variedad al público, de entre las que Giustino es una de las propuestas más aclamadas.
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Ambas instituciones juegan un papel de peso en el panorama musical y cultural de la ciudad austriaca, que esculpe su identidad a partir de este, erigiéndose así como la capital de la música. Este papel no le es discutido en el ámbito internacional por otras ciudades, por lo que debutar en uno de sus teatros más emblemáticos requiere una importante reputación como músico.
Es el caso de Víctor Jiménez Díaz, uno de los contratenores del momento que ya cuenta, de hecho, con una consolidada proyección internacional. Una vuelta completados sus estudios en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, Jiménez participó con éxito en diferentes concursos y festivales, debutando en el Flaneries Musicales de Reims como artista internacional de la mano de Jean-Claude Malgoire. A partir de ahí, su carrera ha ido en ascenso, actuando en importantes salas como el Teatro de Champs-Elysées de París y colaborando con artistas como George Petrou o Diego Fasolis. Debutar en Viena como personaje principal en la ópera
Giustino acentuará aún más la perspectiva internacional del contratenor catalán, además del prestigio que ello implica.
