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Los compositores más programados del mes de noviembre en Barcelona

03-12-2019

Este mes de noviembre destacamos en primer lugar el compositor de la zarzuela catalana que ha acogido el Gran Teatre del Liceu: Amadeu Vives. Por otra parte, ha sido igualmente programado tanto en escenarios de instituciones más grandes como en otras más pequeñas uno de los grandes maestros del romanticismo: Beethoven. Finalmente, cabe destacar un compositor que ha ocupado un espacio importante en la programación de la OBC de estas últimas semanas: Ravel.

 

1. Amadeu Vives

Este mes de noviembre hemos podido disfrutar de Doña Francisquita en el Gran Teatre del Liceu, la obra maestra absoluta del compositor catalán que, en su momento, no sólo triunfó en Barcelona, sino que también tuvo una gran acogida en Madrid. De este modo, un género como la zarzuela catalana, que aún hoy en día consta de muchos seguidores, ha podido encontrar su espacio de representación. En esta ocasión, ha contado con una innovadora puesta en escena de Lluís Pascual, con una actualización de los diálogos y cambios en los tiempos en que transcurre la historia. Una propuesta que no dejó indiferente al público melómano.

Volviendo al compositor, cabe destacar que Amadeu Vives (1871 – 1932) fundó el Orfeó Català junto con Lluís Millet 1891. Con esta formación coral estrenó diferentes composiciones corales: las armonizaciones de canciones populares como La Filadora o Els Segadors o composiciones originales como L'Emigrant sobre texto de Jacint Verdaguer o La Balanguera sobre texto de Joan Alcover entre otros. Asimismo, se logró hacer un lugar en la capital española con el estreno de zarzuelas de gran éxito popular y calidad musical que compuso en colaboración con algunos de los mejores libretistas del momento. Finalmente, cabe destacar que Vives fue un artista polifacético dejando, también, un legado literario: diferentes ensayos, una autobiografía y una comedia teatral.
 

2. Beethoven

A finales de este 2020 se celebra el 250 aniversario del nacimiento de uno de los primeros grandes maestros del Romanticismo, es por eso que muy probablemente lo encontraremos a menudo esta temporada entre los compositores más programados del mes. Muchos músicos, programadores e instituciones han querido avanzarse con los preparativos de esta celebración dedicando un espacio destacado al compositor de Bonn en sus programas.

De este modo, Beethoven se dejó sentir en el inicio del concierto de LIFE Victoria de la soprano Mireia Tarragó y el Trío Pedrell. Así, escogieron el Trío para piano, violín y violonchelo en Sol Mayor Op. 1 No. 2 para abrir el recital, una obra compuesta entre 1793 y 1795 que está dedicado al príncipe Karl von Lichnowsky, uno de los primeros mecenas del compositor en Viena y antiguo alumno de Wolfgang Amadeus Mozart.

L’Auditori también ha programado en dos ocasiones Beethoven este mes: en primer lugar, en la Sala 2 Oriol Martorell, Armida Quartett interpretó el Cuarteto de cuerda núm. 1 en Fa mayor, op. 18 núm. 1, una de sus primeras obras escritas para cuartetos de cuerda y compuesta a partir del estudio de las obras de dos grandes maestros: Haydn y Mozart. Por otra parte, la Orquesta de la Ópera de Praga, acompañados del Orfeón Donostiarra interpretaron una de las obras más monumentales, no sólo de las composiciones del compositor, sino de la historia de la música: estamos hablando de La novena.

Igualmente, el Palau de la Música acogió un concierto con obra de Beethoven en el programa: la Orquesta Clásica Santa Cecilia iniciaron el concierto con su Sinfonía núm. 2. Del concierto, sin embargo, se destacaba el Concierto de Aranjuez de J. Rodrigo, por la que contaban con el guitarrista Carlos Bonell.

Finalmente, la Casa San Felipe Neri también rindió homenaje al compositor que nos ocupa: Daniel Claret al violonchelo y Alex Ramirez al piano interpretaron la Sonata op.5 no 2 en sol m, las Variaciones sobre «See, the Conquering Hero Comes» , de Judas Maccabaeus de Häendel, la Sonata op.102 no 1 en Do M y la Sonata op.102 no 2 en Re M de Beethoven.

 

3. Ravel

Ravel fue la figura más influyente de la música francesa de su época y el principal representante de la corriente impresionista a principios del siglo XX. Aunque reducida, la producción musical de Ravel se caracteriza por una gran diversidad de géneros, así como una gran meticulosidad orquestal. Actualmente es programado con frecuencia y así nos lo prueban estos conciertos de la OBC de este mes de noviembre.

Así, la formación orquestal de L’Auditori recuperó a principios de este mes el espectáculo La OBC baila Ravel, estrenado este mes de abril y dirigido al público más familiar. La producción está pensada para acercar el mundo de fábulas y fantasía de la suite Ma Mère l'Oye a todo tipo de público, es por eso que música y movimiento se fusionaban para otorgar un carácter multidisciplinar al espectáculo. La obra estaba acompañada de la danza en directo de seis bailarines, y constaba de la dirección musical de Zoi Tsokanou y la coreografía y escenografía de Antonio Ruz, que había recibido el encargo del servicio educativo de L’Auditori. La obra consta de cinco movimientos inspiradas en cinco fábulas de Charles Perrault: Pavana de la Bella dormida en el bosque, Patufet, Laideroneta, la emperatriz de los Pagodas, Los col·lotges de la Bella y la Bestia y El jardín encantado.

Por otra parte, a mediados de mes, la OBC dirigidos por Vladimir Ashkenazy volvieron a interpretar Ravel, en esta ocasión fue el turno de su otra pavana, la Pavana para una infanta difunta, junto con otra de las grandes obras francesas de principios del siglo XX, La Mer de Debussy. La danza de Ravel, lenta y dulce, de carácter grave y nostálgica, es siempre bien acogida por el público. Cerraba el repertorio los Valses, op. 120 y el Concierto para violín y orquesta núm. 2 en Sol menor, op. 63 de Prokofiev.


Foto: Amadeu Vives, Beethoven, Maurice Ravel

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