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Òpera de cambra a Sarrià

11-02-2020

Los Amics de l’Òpera de Sarrià inauguraron este fin de semana su sexta temporada de Ópera de Cámara de Barcelona. Para esta ocasión se eligió la farsa de Valentino Fioravanti Le cantatrici villane, una cómica obra en que tres labradores bien osadas pretenden convertirse en divas de ópera de la noche a la mañana. Su argumento se convierte en un ejercicio de ridiculización de los tópicos del mundo de la ópera, en la línea de otras pequeñas obras como El empresario teatral de Mozart, Prima la música y poi le parole de Salieri o Il maestro di capilla de Cimarosa. La música de Fioravanti, cercana al estilo de este último, no tiene pero ni su encanto melódico ni inventiva instrumental, con una factura en ciertos momentos desconcertante.
Como bien explicó el profesor Roger Alier en su presentación, la obra hizo bastante fortuna en la Barcelona de principios del siglo XIX, antes de caer en el olvido ante el delirio rossiniano que se extendió por todas partes. En tiempo moderno, Le cantatrici villane aunque se recuperaría en nuestra ciudad en el ciclo de ópera organizado por la Universitat de Barcelona.

La partitura no tiene casi ningún momento solista, aspecto que potencia varios episodios de conjunto, especialmente tríos. Felizmente los Amics de l’Òpera de Sarrià han conseguido esta vez reunir un equipo de cantantes muy compacto, de nivel bastante similar. Quizá la sección masculina no consiguió la magnífica prestación de las chicas; Inés Loran (Rosa), Alba Fernández (Ágata) y Helena Ressurreiçao (Gianetta) sedujeron por la belleza del color de sus voces, un estilo depuradíssim y una magnífica actuación a nivel escénico. Brave!

En el apartado masculino sobresalió la voz del barítono Donato di Gioia como Don Bucéfalo, el profesor de canto que intenta convertir en gran nombres del canto a las cándidas labradores. Fioravanti reserva un gran momento para este personaje: el final de la historia Bucéfalo pretende representar una ópera cantada por sus alumnos. Huelga decir que la broma no irá más allá de los primeras páginas de la partitura …

El tenor Elías Ongay y el bajo Pedro Quiralte completaron el trío masculino con unas voces a las que quizá les falta un poco de personalidad y colores más ricos, pero que cantaron con el estilo y la comicidad requerida para la obra.

Otro de los grandes logros de esta nueva producción fue la excelente prestación instrumental de la Orquesta Barcelona Concertante bajo la inspirada dirección de Assunto Nese, quien consiguió un sonido bastante dúctil y un gran control entre los diferentes elementos vocales y el reducido foso.

El sencillo pero efectivo decorado, una colorista plaza de la rústica villa de Frascati (nada más necesita la corta farsa), salió de las manos de los alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, bajo la maestría de Jaime de Córdoba y Oriol Vaz. La dirección de escena recayó en el nonagenario Constantino Juri, quien firmó un magnífico trabajo: fresco, curiosamente juvenil y lleno de comicidad, dando sentido a las extravagantes situaciones ideadas por Fioravanti.

Seguiremos de cerca los Amics de l’Òpera de Sarrià, con su motivando programación conformada a partir de obras de pequeño formato, obras que desgraciadamente han quedado desatendidas por el gran escenario operístico barcelonés. Hay que agradecer pues su tenacidad a la hora de llenar este vacío.

Foto 1. Raúl Giménez, Anna Ponces y Assunto Nese en una imagen tomada tras una reunión de
producción de la VI Temporada de la Ópera de Cámara de Barcelona.
Foto 2. Representación de Il Matrimonio Segreto-Cimarosa.


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