Cámara

Jóvenes, emergentes, músicos

15-03-2020

El pasado martes tuvo lugar una jornada dedicada a jóvenes músicos catalanes o formados en Cataluña, propuesta por Joventuts Musicals de Catalunya y L’Auditori y donde pudimos oír al pianista Carles Marigó y al cuarteto vocal Cantoría interpretando obras de temática ibérica y Magalí Sare y Sebastià Gris presentando “A boy and a girl”. Los conciertos formaban parte del Festival Emergents de Barcelona, que en esta cuarta edición se ha visto interrumpido por el cumplimiento de las indicaciones de seguridad marcadas por la Generalitat de Catalunya.
Carles Marigó ofreció al público asistente una reinterpretación de obras de la música española que iban del siglo XVI hasta el XIX, encuadernadas con creaciones improvisadas. En una primera parte, así pues, pudimos sentir Fantasía X de Mudarra, Diferencias sobre la Gallarda Milanesa de De Cabezón, Tiento de falsas de Bruna y dos sonatas de Soler de manera ininterrumpida. Con tanta delicadeza como seguridad, Marigó pasó por esta primera parte de obras encadenadas con emoción pero evitando el efectismo. Hizo caminar las diferentes melodías con algún momento de virtuosismo, mostrando colores que cambiaban con el ambiente de la obra. Quizás debido a la amplificación de los micrófonos, en algún momento el sonido resultó un poco duro pero el fraseo estuvo muy bien conducido, con unas frases que, pese a parecer interminables, respiraban tranquilas y ligeras. Inmerso dentro del propio viaje, supo apelar el interés del público durante los prácticamente 20 minutos que duró esta particular suite.

Después de unos aplausos generosos ofreció una selección de las Danzas españolas de Granados. Con carácter y de una manera pasional supo crear tensión y desplegarla a lo largo de las piezas, marcando los acentos para subrayar este suelo y este estómago que tanto asociamos a la raíz popular y al folclore español. A continuación, Marigó interpretó la Danza ritual del fuego (El amor brujo) de Manuel de Falla con un gran dominio del significado de la obra y un importante sentido de la musicalidad, mostrando diferentes texturas y contrastes en la dinámica. Finalmente, clausuró el concierto con unas variaciones sobre la folia, una danza aparecida seguramente en el siglo XV en Portugal y que ha servido como tema a tantísimos compositores. Así pues, de manera elegante e inteligente, Marigó incorporó una pandereta a media obra, por lo que la mano derecha emitía un sonido que podría recordar al de un clave, más pinzado, o bien parecía acompañado de una percusión muy bien coordinada.

En la segunda parte de esta jornada, pudimos sentir el cuarteto vocal Cantoría, surgido del Departamento de Música Antigua de la ESMUC y especializado en música de la Edad de Oro peninsular, que ofrecieron un repertorio titulado Lenguas malas con una interpretación históricamente informada. Así, pudimos oír música del renacimiento que recoge los chismes, los convencionalismos y algunos de los temas más importantes del sXVI: el amor y la religión. Con unas voces jóvenes pero trabajadas, el conjunto sonó muy empastado, equilibrado y homogéneo prácticamente durante todo el concierto y, a pesar de algún pequeño desajuste, cabe destacar la expresividad e intención de los cuatro cantantes.

A destacar la teatralidad y el carácter comunicativo del conjunto, especialmente en La justa, donde los momentos onomatopéyicos y los pequeños gestos coreografiados arrancaron más de una sonrisa entre el público. Hay que hablar también de las explicaciones entre las obras, que ayudaban a entender y disfrutar más allá de la propia música, haciendo más cercana la letra y el contexto, dotando de un carácter fresco y cercano la interpretación.

Finalmente, saliendo de la Sala 2 y entrando en la Sala 3, nos adentrarnos en un universo de canciones populares mallorquinas y de lieder clásicos de-construidos y reconstruidos a través de la música electrónica, una reinterpretación que también pasó por la canción francesa y la catalana. Con la voz y la guitarra como elementos principales y los efectos y las distorsiones como como traje de gala, Magalí Sare y Sebastià Gris, acompañados de la producción de David Soler y Santi Careta desvanecieron las diferencias estilísticas o lingüísticas de las obras originales para dar lugar a un proyecto sólido y coherente, presentado con lógica y creatividad. Despedimos la jornada con el tema de creación propia Venim a aquest món, un canto delicado y penetrante que es, al mismo tiempo, una celebración de la vida.

Después de los tres conciertos y saliendo L’Auditori no pude evitar problematizar el término “emergentes”. Celebramos los espacios que dan protagonismo a los nuevos intérpretes pero ojalá que la juventud no sea nunca una excusa. ¿Qué edad hay que tener para llegar a la superficie?

Foto: Carles Marigó, Cantoría, Magalí Sare i Sebastià Gris.


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