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Miniaturas, una ventana a la esperanza

03-04-2020

La pandemia del COVID-19 ha sacudido a la comunidad internacional a todos niveles: una situación que ha llevado a la parálisis absoluta del sector cultural, con millones de euros perdidos y los telones de los grandes teatros bajados sine die. Los artistas, mientras tanto, siguen reinventándose desde su confinamiento para aportar luz en momentos de incertidumbre. Es el caso del maestro Albert Guinovart, que desde su casa sigue trabajando en su tarea docente, interpretativa y compositiva.
El bache cultural y económico producido por el coronavirus ha hecho desaparecer toda programación cultural y musical del calendario más inmediato y a medio plazo. Obras que habían sido programadas con una larga antelación a las grandes salas, ya no podrán ser representadas en un futuro próximo. Orquestas, músicos, directores y compositores de prestigio, como Guinovart, han tenido que renunciar a encargos que tenían prevista un estreno inminente. “Había escrito la obra Tres quadres per a marimba i banda para el festival Emergents de L’Auditori, con Conrado Moya”, lamenta el compositor, el cual también se ha visto obligado a suspender los conciertos que tenía programados en las próximas semanas como intérprete. Sin embargo, el confinamiento también le está sirviendo para avanzar nuevos encargos compositivos. Preguntado por cómo la situación vivida puede influir en su proceso creativo, Guinovart destaca que “hay autores como Mozart en los que a menudo no se reflejaba su situación personal cuando se les encargaba una obra. En mi caso, procuro también que las emociones que vivo por esta situación no se plasmen en obras de encargo que necesitan de otro carácter”.

Estos días de confinamiento, Albert Guinovart sigue con la tarea docente a distancia con sus alumnos de la Esmuc. “Está siendo un reto para mí!”, Puntualiza, refiriéndose a la práctica de utilizar diariamente las redes sociales para poder impartir el software de las clases. También, debido a la forma de comunicarse y de hacer llegar el mensaje, ya que tanto se puede tratar de sesiones con un grupo grande o de un solo alumno: “Las individuales de composición son menos caóticas que las colectivas de orquestación “. Un reto compartido, muy probablemente, con la mayoría de maestros de la comunidad docente que han optado por proseguir el curso mediante las clases a distancia a través de las nuevas tecnologías.

El día en que se declaró el estado de alarma, el compositor barcelonés sorprendió todo el mundo en las redes con la publicación en Instagram de una pieza de piano compuesta e interpretada por él mismo. “Fue espontáneo.” Destaca Guinovart, que recuerda con extrañeza la situación personal que supuso el inicio del confinamiento, junto con las noticias que anunciaban en todos los medios. “Pensé en este formato de miniatura, 1 minuto, porque es el tiempo que permite Instagram para subir la publicación de un vídeo.” Al día siguiente, Albert decidió dar continuidad a su creación en las redes con un ejercicio diario de una miniatura de 60 segundos, publicada puntualmente a las 8 de la tarde. Con el fin de encontrar un sistema ordenado, desde la primera pieza compuesta en Si Mayor, se marcó como meta que cada día haría una con una tonalidad diferente hasta haber pasado por las 24 tonalidades mayores y menores. Compositores como F. Chopin o J. S Bach ya habían usado esta técnica anteriormente con sus preludios. “Lo he pensado también para que en un futuro se puedan tocar todas seguidas en formato concertando”, indicando así que el temperamento de las piezas guarda una relación de continuidad entre ellas, identificando individualmente como movimientos de una gran obra. De forma paralela, el maestro Guinovart también ofrece conciertos de piano on live desde su estudio con obras propias y de otros compositores clásicos. “He notado un aumento de seguidores en mi perfil de repente, desde que empecé las miniaturas, con muestras de agradecimiento y de afecto.” Instagram se convierte cada tarde en una ventana de esperanza para todo aquel que encuentra la calma con la magia y sensibilidad de Albert Guinovart al piano.

Foto: Albert Guinovart


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