Cámara

Jorge Nava: “En el piano influyen todos los músculos, de la punta del dedo a la punta del pie”

13-06-2017

Uno de los finalistas de las ediciones más recientes del  Concurso Maria Canals, Jorge Nava, quinto clasificado en el año 2016, acaba de publicar su primer disco: Russian Portraits. Curiosamente, este pianista hispano-boliviano tiene a Rusia como país musical de referencia, tras una larga formación  bajo el magisterio de profesores de la escuela rusa. 

Junto al hito que supone la presentación de su primera grabación, cabe destacar las ascendente carrera de este joven, cada vez más habitual en la cartelera musical no solo de Barcelona, sino también de otras capitales culturales. Durante los próximos meses, su agenda le lleva, por ejemplo, a plazas como Madrid, el Teatre L’Atlàntida de Vic, Munich o La Valeta (Malta). Así nos cuenta cómo ve su trayectoria y el punto de inflexión que supone Russian Portraits

Barcelona Clásica: Rusia, Bolivia, España… ¿Qué papel ocupa cada país en tu biografía pianística y personal?
Jorge Nava:
Cada uno juega un papel importante. España es el país donde nací y donde he desarrollado mi carrera profesional, con muchas y grandes oportunidades. Pero en Bolivia es donde se instauró el germen de lo que soy hoy: allí tuve mi primera clase de piano, mi primer concierto, mi primer premio, etc. Además, cuando vivía allí, conocí a mi ex profesora Irina Efanova, una de las personas más importantes para mí, tanto personal como profesionalmente. Finalmente, Rusia significa mi escuela y la cultura musical y profesional con la que me he criado y con la que me sigo formando. Di mis primeros pasos con Irina Efanova en Bolivia. Pasé a estudiar posteriormente con Stanislav Pochekin en Barcelona y, actualmente, lo hago con Dmitri Alexeev en Londres.

B.C. ¿Qué características de la escuela rusa te han influido más en tu formación?
J.N
. Si hay algo que me entusiasma de esta escuela, es la capacidad de generar un sonido grande y amplio, pero nunca duro. Todos los músculos se involucran en la búsqueda de un sonido, de un color. Hay que ser consciente de que todo el cuerpo, desde la punta del dedo de la mano hasta la punta del dedo del pie, tiene influencia sobre el sonido que se extrae del piano.

B.C. ¿Cómo has elegido las piezas para Russian Portraits?
J.N.
Dos de ellas son obras que me han acompañado durante mucho tiempo. Los Cuadros de una exposición fueron la obra por la cual 
decidí dedicarme a la música y al piano, tras oírla de pequeño. La Sonata de Prokofiev empecé a tocarla por encargo de mi profesor, pero rápidamente me di cuenta que era una obra hecha para mí por muchos motivos: el sonido, la técnica,  el carácter… Además, es una sonata que me ha dado muchas alegrías profesionales,  ya que con ella, afortunadamente, he recibido muchos premios. Y, finalmente, el Opus 3 de Rachmaninoff lo escogí buscando un equilibrio, con el fin de refrigerar y relajar un poco, ya que tanto la obra de Mussorsgky como la de Prokofiev son obras muy excitantes que pueden dejar agotado al oyente.

B.C. Además de la publicación de Russian Portraits, tu primer disco, ¿qué otros grandes hitos han influido en el desarrollo de tu carrera?
J.N.
Creo que uno de los grandes puntos de inflexión en mi carrera fue ganar el concurso Intercentros Melómano en 2013. Considero que es de los mejores concursos que tenemos en España. No da un premio en metálico, pero sí un gran número de conciertos en importantes festivales y ciclos de España y del extranjero. Gracias a este certamen, viví por primera vez la sensación de concertista, con viajes, distintos programas, etc. El verano posterior al concurso tuve 8 conciertos, cosa que hasta entonces no había ocurrido. Es una manera impresionante de acostumbrarte a este ritmo de vida.
 
B.C. También fuiste finalista del Concurso Maria Canals. ¿Qué recuerdo guardas de tu participación en él?
J.N.
Fue una grata experiencia, una recompensa por todo el trabajo que hubo detrás. Los cinco o seis meses anteriores al concurso fueron específicamente de preparación, y viajaba semanalmente para poder recibir consejos de mi profesor Pochekin, ubicado en Barcelona, y de mi profesor Alexeev, en Londres. También fue un sueño por el que llevaba peleando de hacía muchos años. Yo llegué a Barcelona en 2009 y, desde entonces, asistía cada año como público e incluso participaba en los eventos del Off-concurs. La verdad es que veía muy lejos la posibilidad de presentarme algún día, pero, poco a poco, y después de mucho trabajo, decidí presentarme y prepararme a conciencia para ello. Lo considero un gran éxito, ya que es poco común que un pianista español llegue tan lejos en este concurso.

B.C. ¿Son los concursos de piano necesarios en la carrera de un pianista? ¿Qué te han aportado?
J.N.
Yo creo que son un mal necesario. depende mucho de cómo afrontes el concurso. La competitividad siempre está ahí evidentemente, pero uno tiene que entender que a ciertos niveles no se trata de quién toca mejor o peor, sino de matices muy pequeños y subjetivos. A mí, personalmente, me han aportado tablas en el escenario. Creo que, y especialmente a una temprana edad, los concursos son la forma más fácil de pisar un escenario. Difícilmente yo hubiera hecho un recital de 55 minutos en el Petit Palau si no hubiera sido por el concurso María Canals. Pero es importante entender que un concurso no deja de ser más que eso, uno más de los muchos que hay, y hay que tomarlos como una oportunidad de enseñarte al público.

B.C. ¿En qué proyectos te encuentras trabajando en la actualidad?
J.N.
Actualmente, me centro en darle visibilidad a mi primer disco, que será mi carta de presentación durante un tiempo. Después tengo diversos conciertos, como la interpretación del Triple Concierto de Beethoven con la orquestra de RTVE el 16 de junio junto a María Florea y Montserrat Egea y un concierto con la Orquesta Sinfónica de Murcia en el cual interpretaré el Tercer Concierto de Prokofiev. Finalmente, tengo en el horno un proyecto que,si logro sacar adelante, será único en España. No puedo dar más detalles ahora mismo, pero me gustaría invitar a la gente a estar pendiente de mis redes sociales, ya que en un par de meses la idea verá la luz. El proyecto está pensado para julio de 2018

B.C. ¿Un sueño cumplido? ¿Y un sueño por cumplir?
J.N.
El sueño cumplido es, sin duda, este primer disco, detrás hay muchos años de ilusión y ganas, además de todo el trabajo para poder ofrecer un buen producto. Me siento muy orgulloso de él. En cuanto a un sueño por cumplir, puede que suene a cliché, pero pediría seguir haciendo lo que hago, que es compartir la música con el público e intentar, concierto a concierto, sacar al menos una sonrisa o una emoción a al menos una persona del público.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *