Lied

Michael Nagy y Susanna Klovsky al LIFE Victòria

16-11-2019

El próximo viernes 22 de noviembre y en el marco del LIFE Victoria, Michael Nagy, barítono, y Susanna Klovsky, piano, interpretarán Schubert, Fauré y Brahms. Estos tres compositores no sólo nos permiten crearnos un imaginario en torno a la figura homenajeada en el festival, sino que también recorren la evolución del lied de la primera mitad del XIX en Alemania a la chanson o mélodie francesas y volviendo a terreno germano una vez ya consolidado el género. Así, Schubert es uno de los precursores que trabajó para la comunión entre poesía y música, Fauré representa una manera de entender este vínculo más consciente del sentido del verso pero también de la fonética y la pronunciación, y finalmente Brahms no sólo asimila las características del lied, sino que lo perfecciona y la innova. El hecho de programar todos juntos es una manera, también, de descubrir y comparar los diferentes recursos y técnicas, permitiendo una escucha atenta y así, disfrutar las obras de una manera más consciente.

Franz Schubert (1797-1828)
El recital comenzará con Elysium D 584, una maravillosa evocación y descripción del mundo celestial, una balada de seis estrofas que es también una suite de seis danzas con carácteres muy diferenciados entre sí y un piano que busca, prácticamente, efectos orquestales. Seguiremos con Der Einsame D 800 (El solitario), elegante y despreocupada, exalta la noche y a la magia de ese momento en un escenario que coincide con el tópico locus amoenus donde el fuego y las chispas acompañan al buen pastor y le procuran sueños dulces.

A continuación, Nagy y Klovsky nos ofrecerán Verklärung D 59 (Transfiguración), un canto al drama de la muerte, con letra original del inglés Alexander Pope, que Schubert compuso sorprendentemente a sus dieciséis años. Delicada y expresiva, el compositor utiliza un estilo que recuerda a Händel o C.P.E. Bach. Podremos escuchar también Der Tod und das Mädchen D 531 (La chica joven y la muerte), que se inicia con una introducción calmada, lenta del piano que prepara al espectador para un escenario tétrico y la interrumpe una voz agitada que ordena a la muerte que la deje, que se vaya. Ella, sin embargo, insiste para que le dé la mano, que es su amiga y la incita para que acabe durmiendo en sus brazos.

La última obra que escucharemos de Schubert será Abendröte D 690 (Enrojecimiento del atardecer), lied que marca un final de ciclo y que retrata el paisaje del atardecer rojo, reposado, agradable. Describe cómo revolotean pequeños pájaros con las montañas de fondo, acolchadas por un valle y un río plateado. Termina con un “Und das All ein Einziger Chor, Mancha Lied aves einem Munde”, “Y el mundo es un único corazón, con muchos cantos saliendo de una sola voz”.
 
Gabriel Fauré (1845-1924)
La selección de obras de Fauré no será menos acertada: Nell Op. 18 No. 1 pone melodía a un poema de Leconte de Lisle incluido los Poèmes antiques (1852) en el que combina el nombre de Nell Kirkpatrick, el primer amor del poeta escocés Robert Burns, con una imagen adaptada del inicio de uno de sus poemas más conocidos “My love is like a red, red rose That 's newly sprung in June”. Fauré recoge este imaginario onírico que de Lisle describe ya en el primer verso – “Ta rose de pourpre á tu clair soleil” – y lo viste de una extensa paleta de sonidos. Es una obra dedicada a Camille Saint-Saëns. Chanson d'Amour Op. 27 No. 1, ya lo adivinamos por el título, es una declaración clara de amor dulce que nos resulta sutilmente fácil de escuchar pero es también un viaje en el tiempo: Fauré busca parafrasear el sonido del laúd de un escenario cortesano del siglo XVI con una alternancia de la mano derecha e izquierda del piano.

Clair de lune Op. 46 No. 2 es una obra compuesta sobre un poema de Paul Verlaine incluido al ciclo Fêtes galantes (1869). El poema no sólo conmovió a Fauré sino también a Dabussy que, a raíz de estas palabras, compuso una de sus obras más conocidas. Según el pianista británico Graham Johnson, esta pieza cierra el segundo periodo de Fauré y abre el tercero: creada en un momento biográfico de transiciones, el descubrimiento de la literatura de Verlaine marcará el estilo del compositor francés. Le parfum impérissable Op. 76 No. 1 nos situará en un ambiente flotante prácticamente de éxtasis: con un piano que se limita a acompañar, la melodía se traza en un fraseo que apenas se detiene para respirar y nos evoca a un escenario exótico, el de las rosas de Lahore.

Le plus doux chemin Op. 87 No. 1 es una obra de estilo madrigal escrita originalmente para voz y piano pero fue arreglada más tarde por el mismo compositor para orquesta. Nocturno Op. 57 No. 5, compuesto en 1884, es una obra expresiva a con algún episodio más virtuoso que nos puede recordar Chopin. Para finalizar esta segunda parte, podremos escuchar En sourdine Op. 58 No. 2, la segunda obra del ciclo Cinq mélodies “de Venise” basado en poemas de Verlaine.
 
Johannes Brahms (1833-1897)
Finalmente, Brahms nos sumergirá en una atmósfera característicamente romántica, donde la aflicción, la añoranza y el pesar serán los protagonistas. Dein Blaues Auge Op. 59 No. 8 (Tus ojos azules) es una obra que se divide en dos grupos de cuatro versos a partir de las letras de su amigo Klaus Groth que narran como de profundos, ardientes y claros son los ojos de su enamorada y el daño que le provocan. Über die Heide Op. 86 No. 4 habla de la llegada del otoño y la huida de la primavera en un sentido, también, metafórico: cayendo en el tópico tempus fugit termina exclamando “Leben und Liebe – wie flog se vorbei!”.

Los lieder del Op. 32 hablan del amor perdido, la nostalgia o la soledad: en esta ocasión podremos escuchar la No. 4, Der Strom, der neben mir verrauschte compuesta a partir del poema del escritor bávaro August von Platen-Hallermünde. En un mismo temperamento emocional y después de la muerte de su madre, para quien compuso su conocido Requiem en 1868, Brahms volvió a componer lieder como Die Mainacht Op. 43 No. 2 (La noche de mayo), que habla con melancolía sobre su soledad.

A Heimweh II Op. 63 No. 8, Brahms compone sobre una infancia perdida, se pregunta cuál es el camino de vuelta a casa y suspira al ver como búsqueda de una felicidad inocente es en vano. Finalmente podremos escuchar Abenddämmerung Op. 49 No. 5, una canción larga y conmovedora que resume e intensifica los temas presentados en las cuatro números anteriores del Op. 49. La profundidad y el misticismo que tendremos escuchado a lo largo de este tercer bloque de lieder de la mano de Nagy y Klovsky finalizarán con esta obra en forma de rondó, con un piano sutil y complejo y una melodía que recuerda una canción de cuna .

Foto: Michael Nagy, Susanna Klovsky

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *