El pasado día 12 de enero el Palau Dalmases abrió sus puertas para ofrecer un recital llamado Arteliana, el arte del Lied. El recital fue interpretado por la soprano ruso-catalana Ana Vladimirova y la pianista ibicenca Elvira Ramon, y contó con obras de varios compositores germanos.
El magnífico patio del
Palau Dalmases, en el medieval barrio del Born de Barcelona, recibió la treintena de personas que se acercaron a la calle Montcada para escuchar un recital de lo más interesante y poco habitual. El recital, interpretado por la soprano
Ana Vladimirova y la pianista
Elvira Ramon, contó con un programa de lo más diverso y con una visión transversal que llevó al público de viaje en el tiempo, desde Richard Wagner hasta Richard Strauss, pasando por Alban Berg, Hugo Wolf y Gustav Mahler.
El divulgador musical
Pol Avinyó presentó el recital y las intérpretes, e introdujo los
lieder que deberían dar inicio al concierto: los
Wesendonk lieder de Richard Wagner, un ciclo escrito a partir de cinco poemas musicados para voz femenina y dedicados a Mathilde Wesendonck, la esposa de uno de sus mecenas.
Este pequeño ciclo de lieder fue escrito a finales de la década de 1840, contemporáneamente a la composición de
Die Walküre y la preparación de
Tristan und Isolde, es por este motivo que el compositor germano comienza a jugar con unas melodías que más tarde aparecerán como
leitmotiv en las óperas citadas.
Vladimirova hizo una demostración magnífica de su potencia y dramatismo vocal en un espacio que no le ayudó nada acústicamente, mientras que Elvira Ramon demostró una gran capacidad interpretativa y de acompañamiento a pesar de encontrarse con un instrumento poco adecuado para la tarea.
Tras escuchar los
Wesendonk lieder que las intérpretes nos ofrecieron de manera fantástica, y de haber escuchado la versión camerística y poco habitual de Wagner, el programa continuó con una colección de
lieder. Primero sonó
Die Nachtigalle de Alban Berg, un
lied que forma parte de un pequeño ciclo compuesto a inicios del siglo XX y que representó, dentro del programa, la Segunda Escuela de Viena; las intérpretes transformaron el ambiente del palacete en algo muy diferente en esta segunda parte del recital, pasando de la potencia de Wagner, a la delicadeza avantguardística de Berg. Seguidamente sonó el lied
Verschwiegene Liebe, de Hugo Wolf, un lied que profundizó aún más en la delicadeza del silencio y el recogimiento, que Vladimirov y Ramon dibujaron bellamente; a Wolf le siguió Gustav Mahler y su lied
Erinnerung, del ciclo
Gesänge aus der Jugendzeit (canciones de juventud), interpretado por las artistas de una manera más festiva y dejando atrás la atmósfera íntima de los lieder anteriores. Por último, sonó
Allerseelen de Richard Strauss, un
lied de juventud del compositor que clausuró el recital de manera más bien ligera, dejando atrás la solemnidad del inicio.
Fotos: Ana Vladimirova i Elvira Ramon.