Critica

Violín y trompa, combinación ganadora en El Primer Palau

15-10-2018

Dentro del ciclo de este año de El Primer Palau “Descubriendo jóvenes talentos” tendremos la oportunidad de disfrutar, el lunes 22 de octubre, de otro doble concierto. Por un lado, el violinista Bernat Prat nos ofrecerá la Partita para violín BWV 1004 de Johann Sebastian Bach, y de otra, Adrián Díaz Martínez nos ofrecerá varias obras para trompa -de Jane Vignery, Richard Strauss y York Bowen- acompañado de la pianista Ikuko Odai. Un concierto con dos partes bien contrastadas y con el permanente interés de descubrir estos jóvenes intérpretes con música de calidad.

El encanto evidente de la Partita número 2 en Re menor BWV 1004 de Bach reside fundamentalmente en la capacidad de transmitir los diferentes estados de ánimo asociados a los cinco tipos de movimientos que la componen: Allemande, Corrente, Sarabanda, Giga y Ciaccona. La desproporción en la duración del último movimiento, de unos quince minutos, en comparación a la de los otros movimientos, todos ellos de menos de 5 minutos en un segundo movimiento que no llega a los tres, hace que esta Ciaconna sea habitualmente el único movimiento del que se hable de esta obra, pero sería injusto no prestar atención en la brillante presentación del violín en la Allemande, que nos dice mucho del carácter del intérprete: su ternura, su dramatismo y su lirismo nos permiten adentrarnos en el particular mundo espiritual de la música de Bach. El segundo movimiento, el más corto, es una danza alegre de apariencia sencilla, aunque dominada por una alternancia en el fraseo que bien podría ser interpretada como una canción con dos protagonistas. La Sarabanda constituye el descanso de la danza anterior, un punto de reflexión y paz espiritual, que da paso a la amable Giga, un juego musical con el que es difícil evitar el querer bailar. Los cuatro movimientos están representados en el quinto, que repite algunos del tiempos sugeridos en los anteriores con una exposición en variaciones. Se trata del movimiento de mayor duración escrito por Bach en sus partitas y sonatas, y también del más difícil de interpretar con una alta exigencia técnica, que hace que a menudo termine formando parte de los exámenes de los estudios de violín en todo el mundo. Prolíficamente arreglado para diferentes instrumentos -incluso para orquesta- a lo largo del tiempo, su ejecución aislada quizás deja coja la belleza de la obra entera tal como la concibió el genial compositor de Eisenach.

Nos lo ofrecerá el violinista de Capellades Bernat Prat Sabater, miembro del Cosmos Quartet junto con Helena Satué, Lara Fernández y Oriol Prat. Un aliciente de su interpretación será el de poder escuchar el violín del lutier barcelonés David Bagué, del año 2011.

La Sonata para trompa y piano Op. 7 (1948) de Jane Vignery sorprenderá quien no la conozca por su lenguaje y su capacidad de transmitir a través de este instrumento toda una gama de emociones, de marcado carácter optimista en la repetición del tema con el que comienza la obra. Jane Vignery (1913-1974) fue una compositora y profesora de música belga, violinista y violista, alumna entre otros del violinista Jacques Thibaud respecto al instrumento, y de Nadia Boulanger y Paul Dukas en armonía y composición. Esta Sonata Op. 7 es, seguramente, su composición más interpretada hoy en día.

El Andante para trompa y piano fue escrito por Richard Strauss en 1888 en ocasión de la celebración de los 25 años de matrimonio de sus padres. Se publicó 21 años después de la muerte del compositor, en 1971. Se trata de una maravillosa pieza maestra de la música para trompa, de corta duración, por debajo de los cinco minutos.

La Sonata para trompa y piano en Re mayor Op. 101 (1937) de York Bowen consta de tres movimientos: Moderato espressivo, Poco lento maestoso y Allegro con spirito. Su duración típica es alrededor de los dieciséis minutos. Hecha de un lenguaje menos amable que la sonata de Strauss, es una pieza de ejecución compleja que supone un buen reto para los intérpretes, pero de buenos resultados musicales, que quedan rubricados por su enérgico último movimiento.

El madrileño Adrián Díaz Martínez trabaja desde el año 2014 en la orquesta de Hamburgo NDR Elbphilharmonie Orchester. Su acompañante en este concierto será la pianista Ikuko Odai, nacida en Itami (Japón) y profesora de la Hochschule für Musik Hanns Eisler de Berlín.

Este Primer Palau nos ofrecerá, pues, dos partes cargadas de muy buena música a cargo de dos jóvenes intérpretes de gran talento, con el acompañamiento en la segunda parte de una gran pianista.

Fotos: Palau de la Música Catalana, Bernat Prat, Adrián Díaz

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Aina Vega Rofes
Aina Vega i Rofes
Editora
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